En plena crisis sanitaria, las industrias farmacéuticas han adquirido un papel sumamente importante, al mantenersefirme en su labor contra la Covid-19. Enrique Ordieres Sagarmínaga, presidente de Laboratorios Cinfa, ofrece el punto de vista de una de las grandes empresas del sector en estos tiempos.¿Qué medidas ha implementado Cinfa a nivel interno?En primer lugar, hay que señalar que, por la naturaleza de nuestra actividad como industria farmacéutica, habitualmente trabajamos con medidas de seguridad y alta contención. Aun así, desde el mismo inicio del estado de alarma, establecimos nuevas medidas de cara a garantizar la salud de los trabajadores. En oficinas, los equipos desarrollan sus funciones desde sus casas y las reuniones se realizan por teleconferencia. En fábrica, además de reforzar la limpieza y desinfección de las instalaciones, se mantiene en todo momento la distancia de seguridad, evitando especialmente concentraciones de personas en las zonas comunes y en los momentos de entrada y salida de los diferentes turnos. Además, se ha dotado a todo el personal de medidas adicionales de protección (EPIs), así como de geles y soluciones desinfectantes. ¿Y qué otras medidas en pro de la sociedad?Nuestra principal responsabilidad, como laboratorio líder del mercado, es la de garantizar el suministro de medicamentos a los pacientes, y más en un momento especialmente crítico como ahora. Para ello, desde primeros de año realizamos una provisión especial de materias primas, para adelantarnos a posibles problemas de suministro, y también reforzamos los turnos de trabajo para atender a la creciente demanda de fármacos que podía llegar. Desde un punto de vista más social, hemos adquirido material de protección por un valor de 600.000 euros, que progresivamente estamos entregando a los profesionales sanitarios. Además, hemos firmado dos acuerdos de colaboración con Cruz Roja y Cáritas, cada uno por un valor de medio millón de euros, con el fin de ayudar a colectivos vulnerables afectados por la pandemia.¿Qué tipo de material han donado? ¿Con qué colectivos están trabajando?En un primer lugar, buzos de protección para los hospitales y materiales necesarios para la fabricación de soluciones y geles hidroalcohólicos. Después, 100.000 envases de soluciones desinfectantes que estamos entregando a profesionales sanitarios de hospitales, centros de salud y farmacias. Ahora también hemos adquirido 100.000 mascarillas para poder donarlas lo antes posible. Por otro lado, nuestra filial de productos ortopédicos Orliman, ubicada en Valencia, ha adaptado sus procesos productivos para fabricar mascarillas de manera continua, que también se donarán. ¿Cree que hay demasiado alarmismo sobre este tema? ¿Desinformación?Desde luego, la situación es muy seria y requiere adoptar medidas difíciles, pero creo que la sociedad está respondiendo de forma responsable. Merece especial mención el gran trabajo que están realizando todos los profesionales sanitarios: médicos, enfermeros, farmacéuticos, técnicos, auxiliares, celadores… y también otros servicios complementarios imprescindibles de limpieza, transporte, alimentación, etc. Es ejemplar su labor. En cuanto a la información, es verdad que es una situación nueva que genera incertidumbre, por eso creo que hace falta más que nunca liderazgo y coordinación. Es muy importante que desde la sociedad se vea coherencia en las acciones y también en los mensajes.Ahora mismo se presta mucha atención a la investigación y todo son palabras de agradecimiento al trabajo que realizan. ¿Qué se ha echado en falta cuando todavia no era así? ¿se contaba con los suficientes recursos?En nuestro país, todo lo relacionado con la sanidad y muy especialmente con el medicamento, se ha interpretado como un gasto y no como una inversión. Y eso ya es, de entrada, un problema importante. Cuando surgen situaciones comprometidas es cuando se ve el valor del sistema. Estas semanas hemos comprobado la importancia del acceso a los medicamentos para los tratamientos de las personas contagiadas por coronavirus, especialmente en las UCIs, pero también para los enfermos crónicos. Contar con un sistema sanitario sostenible que pueda garantizar esto es fundamental. En España, creo que tenemos un gran sistema sanitario, tanto público como privado. Me parece que es necesaria una mayor colaboración público-privada, para optimizar todos los recursos disponibles. Un buen ejemplo son las 22.000 oficinas de farmacia que a lo largo de todo nuestro país han ofrecido sus recursos y capacidades, no solo en el ámbito del medicamento, sino también en otras acciones y servicios que se pueden ofrecer en situaciones de emergencia. También hay que destacar la capilaridad de este sistema, apoyado por una distribución que permite que todos los fármacos lleguen a cualquier rincón de nuestro país en situación de equidad. Por otro lado, creo que es fundamental el apoyo a la investigación y también a la industria farmacéutica nacional. Es muy importante contar principalmente con centros de I+D y con plantas de fabricación en nuestro país. Generan riqueza, inversiones, crean puestos de trabajo a largo plazo y, además, permiten una reacción más rápida en situaciones críticas. Y esto ya lo hemos visto con esta pandemia. Ahora nos hemos dado cuenta de que no podemos depender tanto de países lejanos.