La subrogación hipotecaria se va está convirtiendo en un paliativo para el desplome de la comercialización de préstamos para las entidades. De hecho, desde que estalló la crisis del coronavirus, esta práctica (captación de créditos ya constituidos por otros bancos) está mermando la constitución de nuevas operaciones.Se estima que el volumen de financiación para la adquisición de viviendas habría caído entre un 50% y un 60%. Según el bróker hipotecario Housfy, este hundimiento "se compensa parcialmente con una mayor demanda de subrogaciones".Los clientes, ante las malas perspectivas económicas, están buscando soluciones para reducir la cuota mensual y cambiar la hipoteca a menores precios es una alternativa, sobre todo después de que la reforma legal abaratara el proceso al limitar el incluso, anular las comisiones.En las últimas semanas, debido a las restricciones de movilidad y al cierre de actividades no esenciales, las entidades y los clientes están sufriendo aplazamientos para poder llevar a cabo la firma de los contratos. Hay que tener en cuenta que tanto bancos como notarías están abiertos, pero se está produciendo un cuello de botella para rubricar las transacciones que fueron pactadas antes del estado de alarma y en los días posteriores, ya que trabajan prácticamente para los casos más urgentes.En el sector se da por hecho que la subrogación irá creciendo en función del impacto que tenga la pandemia. Algunos, como el neobanco MyInvestr, ha tomado la delantera en su ofensiva para captar negocio y ha alcanzado un acuerdo con Idealista para fomentar este tipo de operaciones.