Parece que las bolsas del Viejo Continente habrían encontrado un techo en el rebote que comenzó a finales de marzo. El Ibex 35 vuelve a ser el índice que más retrocede en la semana y ya es el que más ha caído desde enero, ampliando de este modo sus diferencias con el resto de los indicadores bursátiles europeos. Esta semana ha sido un golpe de realidad para los mercados. A los malos datos macroeconómicos conocidos en Europa, amén del desempleo en Estados Unidos, el petróleo ha he-cho historia con un futuro que ha llegado a no valer nada mientras que Gilead y su esperanzador medicamento para luchar contra el virus han quedado en agua de borrajas. A esto se une que la Unión Europea aún no consigue ponerse de acuerdo en cómo se darán las ayudas a los países miembros. Con todo, la renta variable europea ha concluido la penúltima semana de abril con caídas que han ido desde el 2,7% del EuroStoxx 50 a casi el 4% del Ibex 35. Mientras que en Wall Street el balance semanal ha arrojado pérdidas cercanas al 3% en el S&P 500 y el Dow Jones.Aunque el rebote que arrancó en marzo sigue vigente, lo que sí parece claro es que los índices ya han marcado cuál es su techo y cuál su suelo. Así, en Europa, de media, los principales selectivos están a un 5% de los máximos intradía que marcaron en abril (sin tener en cuenta al Ibex que está más alejado, a un 9%), mientras que de los mínimos intradía vistos el mes pasado se sitúan a un 19% de caída (el selectivo español es el que está más cerca, pues tendría que ceder un 12%). Según señala Joan Cabrero, asesor de estrategia de Ecotrader, que la balanza se incline hacia los bajistas depende de que los soportes de corto plazo no se pierdan. Hablamos de "los 2.792 del EuroStoxx 50, los 16.300 del Ftse Mib italiano o los 10.075-10.250 puntos del Dax 30 alemán que, si acaban siendo cedidos, daría por cancelado el rebote de las últimas semanas". Al otro lado del Atlántico, para que se aleje el riesgo, deben cerrarse los huecos que se abrieron en la apertura del martes a la baja, para lo cual el Dow Jones debería superar al cierre de una sesión los 23.650 puntos, el Nasdaq 100 los 8.726 y el S&P 500 los 2.823 puntos. Mientras esto no suceda, no se podrá favorecer un contexto de continuidad de un rebote que es muy limitado".Una semana intensaSi algo han tenido las bolsas esta semana han sido referencias. Por un lado, los datos adelantados de PMI de este mes, un índice que mide la producción del sector privado, que ha registrado unos descensos sin precedentes en Alemania, Francia y el conjunto de la zona euro. Según los cálculos de IHS Markit, la economía de la zona euro se contrae a un ritmo del 7,5% en términos trimestrales. Además, el índice de confianza empresarial IFO de abril en Alemania se hundió a nuevos mínimos históricos al situarse en 74,3 puntos desde los 85,9 puntos de marzo. Por otro lado, el mercado ha tenido que digerir los pocos avances en la reunión que mantuvieron el jueves los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea. Aunque los países están de acuerdo en la necesidad de un fondo de reconstrucción, las diferencias siguen estando en cómo se va a financiar. Así, España, Italia o Portugal, por ejemplo, reclaman que las ayudas sean a través de subvenciones no reembolsables, mientras que Alemania o Países Bajos abogan por préstamos que los socios tengan que devolver.Al otro lado del Atlántico, mientras que Estados Unidos daba a conocer que las nuevas peticiones de subsidios por desempleo volvieron a superar los cuatro millones en una semana, dejando así a más de 26 millones de nuevos parados en poco más de un mes, Gilead esfumaba las esperanzas puestas en una próxima cura del virus. Según adelantó el Financial Times, su antiviral Remdesivir ha fracasado en el primer ensayo clínico como tratamiento para el coronavirus. El ensayo demostró que no mejora la condición de los pacientes contagiados ni reduce la presencia del patógeno en su sangre. De hecho, el medicamento produjo efectos secundarios significativos en algunos de ellos.Por si todo esto no fuera suficiente, el petróleo ha vivido algo inimaginable. Y es que por primera vez en su historia los futuros de crudo West Texas, de referencia estadounidense, cotizaron en negativo, es decir, se pagaba a los compradores por adquirir petróleo. Este hundimiento se produjo por el temor de los inversores a verse obligados a tener que aceptar barriles de petróleo físico, ya que en el almacén oficial de Estados Unidos no queda apenas sitio donde poder guardarlo (cuando en el Nymex vence un futuro, cosa que ocurría el martes, el contrato se liquida por entrega física). De este modo, el Brent ha sufrido un desplome del 23% esta semana, hasta los 21 dólares, mientras que el West Texas ha logrado frenarse en los 16 dólares.