Bilbao. Las grandes operaciones energéticas, complicadas de por si, lo son aún más si los posibles contrayentes no disfrutan de buenas relaciones de partida. Ahí está la experiencia de las opas Gas Natural y de E.ON sobre Endesa, que ven pasar los meses sin que se pueda cerrar la operación, porque en un caso la novia no está dispuesta y en el otro el padre de la novia se resiste a dejarle marchar. Si uno no logra el beneplácito de todos, puede ocurrir como en Endesa, que se suceden las denuncias, recursos y aparecen nuevos accionistas de referencia. Iberdrola no está dispuesta a pasar por ahí. Tiene muy claro que cualquier proyecto de integrar la compañía escocesa Scottish Power ha de ser con la anuencia de sus accionistas y de las autoridades.Así lo explicó ayer en Bilbao José Luís San Pedro, director de Operaciones de Iberdrola, recalcando que cualquier operación habrá de ser "amistosa".Este principio explica por qué desde el inicio Iberdrola ha optado por transmitir a los máximos responsables de la eléctrica escocesa su interés por llegar a acuerdos, en vez de haber optado por la estrategia que desarollada por E.ON con Endesa. Estabilidad regulatoriaEl director de Operaciones de Iberdrola participó ayer en Bilbao en una jornada sobre "Energía, Industria y Sociedad", organizadas por AEGE, Unesid y el Gobierno vasco, a la que acudieron tanto productores eléctricos, grandes consumidores industriales y representantes del Ministerio de Industria y del Gobierno vasco. Los productores eléctricos, ya fueran renovables, nucleares o térmicos, reclamaron a la Administración un marco estable y duradero que permita planificar inversiones a largo plazo. Esta misma estabilidad reclamaron los grandes consumidores industriales de energía, quienes advirtieron el riesgo que supone para su actividad la incertidumbre energética.