A pesar de la liberación de cantidades ingentes de liquidez a la que se han comprometido gobiernos y bancos centrales en los últimos días, parece que sólo el fin de la pandemia o, cuando menos, que esté bajo control, devolvería la calma a los mercados financieros. Wall Street se hundió ayer de nuevo, en otra de sus jornadas negras, en la que los principales índices llegaron a desplomarse hasta un 10% en el peor momento de la sesión. Al final, el Dow Jones cayó un 6,3% y perdió el nivel de los 20.000 puntos –descendió hasta los 19.898,92– y acumula una caída cercana al 30% desde los máximos históricos que registró el 12 de febrero. Por su parte, el S&P 500 perdió un 5,18% y se desmoronó hasta las 2.398 unidades, dejándose casi un 30% desde sus máximos. En cuanto a la tecnología, el Nasdaq 100 cayó un 4%, hasta situarse en los 7.175 puntos. Hace ya unos días que los índices pusieron fin a la tendencia alcista que empezó en 2009, pero la caída de ayer incluso sobrepasó los mínimos de 2018 –la corrección de Navidad–, que en elEconomista se bautizaron como los soportes urbi et orbi. "La pérdida de los 2.350 puntos, si no se recuperan a cierre semanal, la información que nos daría el mercado americano es que la corrección que estamos viendo desde los máximos anuales, que es el techo del coronavirus, sería una corrección mucho más potente y más peligrosa y fuerte", advierte Joan Cabrero, director de estrategia de Ecotrader. "Si no hay rebote, lo más probable es que haya que esperar que el S&P 500 toque los 2.000 puntos, un 15% de caída adicional", añade el analista técnico. Entre las compañías más castigadas por los descensos del miércoles estuvieron otra vez las aerolíneas. United Airlines se dejó un 30% y Delta, casi un 26%. Ambas pierden ya más de un 60% en el conjunto del ejercicio. También las firmas de cruceros, como Royal Caribbean y Carnival, se desplomaron por encima del 20% en el parqué. Sin embargo, varios fueron los nombres que se anotaron subidas. Fue el caso de Gilead, cuyos títulos se revalorizaron algo más de un 6%, y por encima del 5% subieron las acciones de Baxter, Cisco o Lockheed Martin. El petróleo, a nivel de 2002La magnitud de las caídas de ayer se vio también en los bonos y las materias primas al unísono. En el caso del petróleo, los futuros del Brent se hundieron un 10%, hasta descender a los 25 dólares por barril, una cifra que no se veía desde 2003. Dieciocho años hace que tampoco se veía al petróleo West Texas en la zona de los 21,9 dólares por barril. La caída del crudo estadounidense fue mítica, un 18% en una sola sesión, que deja unas pérdidas del 63,9% en el año –del 61% en el caso del europeo Brent–. En el mercado de renta fija, los bonos gubernamentales a diez años de Estados Unidos, los activos más demandados del mundo, volvieron a reducir su rentabilidad en esta jornada. Así, el Treasury situó su interés ayer en torno al 0,6% en el mercado secundario. De esta forma, continúa distante de los mínimos históricos que tocó la semana pasada en el 0,569%. Por su parte, el bono a treinta años elevó la rentabilidad el miércoles al 1,72% (su mínimo de todo los tiempos se encuentra bajo el 1%). Como subrayaba David Lafferty, respondable de estrategia de mercados de Natixis IM, "los rendimientos son insosteniblemente bajos".