La hispano-francesa reduce el margen tras aumentar el coste de 'Ducados Rubio'madrid. Si es usted fumador, ahora tiene una buena oportunidad para pensar en dejarlo. O eso, o empiece a rascarse un poco más el bolsillo. Tras la última subida de impuestos aprobada por el Gobierno para acabar con el tabaco barato, las principales compañías del país subirán los precios de casi todas sus marcas. La primera en hacerlo ha sido Altadis, que subió ayer el precio de Ducados Rubio diez céntimos, hasta 2,10 euros por cajetilla.La medida le puede costar, sin embargo, cara, segúnlos analistas. Porque, a pesar del incremento, éste no es suficiente para compensar el aumento de la carga fiscal y la compañía hispano-francesa reduce su margen. Hasta ahora, ganaba 12,5 euros por cada mil cigarrillos y tras la subida del precio ingresará sólo 11,59 euros, es decir casi uno menos.Nuevos preciosEn el sector se da por hecho que tras este movimiento, BAT subirá el precio de Pall Mall e Imperial el de JPS, dos de las marcas más vendidas de tabaco barato. Estas cajetillas, que se comercializan hasta ahora a 1,95, pasarán a costar, probablemente 2,10 euros por cajetillas para igualar el precio de Ducados Rubio. Otra de las empresas que subirá sus precios es Comet, que había entrado también con fuerza en este segmento del mercado. Su marca Elyxir subirá 30 céntimos, hasta 2,15 euros y Matrix 35 céntimos, hastas 2,10 euros. En el sector se da por hecho, no obstante, que el tabaco barato no será el único que suba de precio. La tabacalera norteamericana Philip Morris, propietaria de Marlboro, podría subir también el precio de la cajetilla hasta un máximo de 50 céntimos, situándose así en 2,90 euros. Y algo parecido podría pasar también con Winston, Lucky Strike, L&M y Fortuna, que podrían pasar de 2,20 a 2,40 euros por cada cajetilla.Subida de la carga fiscalCon la última subida de impuestos, el Gobierno pretende desincentivar el consumo de un producto nocivo para la salud. Pero al margen de la salud de los consumidores, los grandes beneficiados son Philip Morris y Altadis, que llevaban varios meses reclamando al Gobierno una subida de los impuestos mínimos para acabar con la guerra de precios.Philip Morris llegó a contratar en calidad de consultor a Pedro Pérez, antiguo secretario de Estado de Economía con Carlos Solchaga y presidente de Tabacalera entre 1993 y 1996, para intentar convencer al Gobierno de la necesidad de subir la carga fiscal para recuperar así su cuota de mercado. En el sector, sin embargo, no todos piensan igual. British American Tobacco (BAT) se oponía, a nuevas subidas, alegando que "una subida del impuesto mínimo distorsionaría la competencia".