Los principales índices mundiales ya han vuelto a los niveles previos al broteEl coronavirus comenzó a extenderse mediáticamente a partir del 18 de enero, aproximadamente. Sin embargo, hasta el viernes 24 de enero no terminó de verse reflejado realmente en los parqués de las bolsas mundiales. Una semana después, el viernes 31 de enero, tanto Wall Street como Europa cayeron a mínimos del año tras dejarse entre un 3% y un 4% desde que comenzó esta particular crisis, anticipando además que la reapertura de la bolsa china tras una semana cerrada por las vacaciones del Año Nuevo chino, dejaría un desplome de casi el 8% en el índice Shenzhen, la referencia del gigante asiático.Los inversores habían comprado una cierta incertidumbre sobre la magnitud del impacto económico del coronavirus con ventas –moderadas– de renta variable y compras en activos mucho más seguros como la deuda soberana y el oro. Aunque ha habido pronósticos para todos los gustos, hasta que termine febrero no tendremos datos de actividad cerrados y habrá que esperar a que termine marzo para tener negro sobre blanco la caída del PIB chino y global.Lo que está claro es que las bolsas, de momento, han mostrado una calma apabullante al recuperarse totalmente de esas caídas, incluso en el caso del parqué chino, que prácticamente ya ha tapado su agujero. Y eso en menos de 15 sesiones, la mitad de lo que indicaba la propia estadística histórica. En las situaciones similares (el Sars, el Mers, el Zika, la gripe aviar y el ébola), el S&P 500 había tardado en recuperarse 31 sesiones de media.Recaídas aparte, la corrección bursátil se ha quedado lejos del último caso comparable, el del Sars de 2003, el cual se saldó con una caída del 12%. Aunque también es cierto, como indican desde Danske Bank, que "el peso de China en el mundo se ha multiplicado exponencialmente en este tiempo, pasando del 9% del PIB global en 2003 al 19% actual y ahora supone hasta un tercio del crecimiento esperado".Por sectores, si se analiza la evolución de las distintas industrias del Viejo Continente, desde el pasado 24 de enero solo hay cuatro que han cotizado con pérdidas, que son los automóviles, los medios de comunicación, el consumo básico y las petroleras, que están siendo muy penalizado por la caída de los precios del crudo –ver información inferior–. Sin embargo, llama la atención que uno de los negocios que más debía haber sufrido el impacto de la epidemia, el de las aerolíneas y el ocio, se anota casi un 2,5% desde los niveles previos a la última caída.Sin alarma en los beneficiosDe la misma forma que hemos visto que los inversores se han mostrado bastante cautos en las últimas semanas y han evitado contagiarse de un sentimiento de pánico, los analistas tampoco se han lanzado a rebajar sus estimaciones de beneficios para las compañías.Si se analizan las estimaciones del consenso de analistas que recoge FactSet, desde el primero de enero, la previsión de BPA (beneficio por acción) para el S&P 500 de cara a 2020 se ha reducido un 0,98% mientras que en el caso del Stoxx 600 el deterioro ha sido incluso menor, del 0,02%. "Básicamente esto es una continuación de la tendencia que ya vimos el año pasado y simplemente ahora se están adaptando a las presentaciones de resultados de las compañías", explica Natalia Aguirre, directora de análisis de Renta 4. "Creo que la crisis del coronavirus todavía no ha comenzado a ser incluidas en las estimaciones".Precisamente, durante estas semanas se está celebrando la presentación de los resultados corporativos que cierran el ejercicio 2019 en la mayoría de los casos. Un ejercicio en el que ya se han venido erosionando las previsiones de beneficios a medida que avanzaba el año, hasta el punto de que el crecimiento esperado del beneficio por acción con respecto a 2018 se ha quedado en un 3,9% en el caso de Europa y en un 1,7% en el de Estados Unidos.De cara a 2020, también ha habido un importante deterioro continuado de las estimaciones de beneficio. Sin embargo, las primeras previsiones partían de un punto que para la mayoría de los expertos era muy optimista, apuntando a ascensos de doble dígito en el BPA de ambos lados del Atlántico. Por este, pese a esta fuerte reducción de las previsiones del consenso de analistas, todavía el incremento esperado interanual es de algo más del 6% y el 8% para Europa y Estados Unidos, respectivamente, es decir, una media del 7%.