Desde que comenzaron los años 2000, se han sucedido numerosas experiencias que han sido alertas internacionales graves. La primera fue el SARS en 2003, siendo ésta la experiencia que más se recuerda a día de hoy por su origen, sus síntomas y las fases que vivió a lo largo de los siguientes meses.Tanto las investigaciones realizadas en aquel momento como algunas posteriores, concluyeron que la economía global se había visto dañada en menos de una décima de crecimiento del PIB (en torno a los 40.000 millones de dólares) y con una duración de apenas seis meses, tal como subrayaron los investigadores Jong-Wha Lee y Warwick J. McKibbin ("Learning from SARS: Preparing for the Next Disease Outbreak") en un papel publicado en 2004.Los números realizados por este equipo del Instituto de Medicina de Estados Unidos (Fórum de Amenazas Microbianas) determinaron que el PIB de China se había visto dañado con un impacto transitorio de 1 punto porcentual, mientras que el PIB de países desarrollados como Japón, Estados Unidos, Corea del Sur, Australia o Nueva Zelanda apenas se había visto reducido en una décima. En el conjunto global, su estimación también era de una décima, incluso si los efectos hubieran sido permanentes, pronosticaban la práctica neutralización de sus efectos por el efecto desplazamiento de la actividad hacia países no infectados que se beneficiarían del desvío de inversiones y actividades.Años después, en 2006, tuvo lugar la gripe aviar (el virus H5N1) que multiplicó su efecto mediático en los meses siguientes al trasladarse la enfermedad en bienes alimentarios procedentes del sudeste asiático. Sin embargo, el pánico duró relativamente poco, y ese mismo año el S&P 500 ganó un 18%, habiendo subido en el período anterior un 12%.Después en 2009 vino la 'gripe A'. Esta fue, quizá, la epidemia que más impacto tuvo porque se produjo en pleno inicio de la 'Gran Recesión'. Según Oxford Economics, esta pandemia causó un daño económico de medio plazo relevante de más de un punto porcentual sobre el PIB global, retrasando la recuperación económica hasta dos años. Este cálculo es de los más pesimistas que se hicieron en aquel momento, pero tiene mucho que ver con la coyuntura económica que entonces existía. Las Bolsas profundizaron sus caídas para recuperarse más tarde a partir de 2010.Por último, tanto la enfermedad del Ébola como el Zika en 2015 fueron dos episodios de corto recorrido, pero intensos a corto plazo en los lugares donde tuvieron más incidencia. En el caso del Zika, los cálculos del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) fijaron los costes en hasta 18.000 millones de dólares para América Latina y el Caribe entre los años 2015 y 2017. Los países más afectados tuvieron problemas para recuperar sus ritmos de crecimiento, pero la mayor parte del mal comportamiento económico venía causado por las crisis estructurales nacionales (casos como Brasil, Argentina o Perú).