Una de las primeras empresas que confirmó que no asistiría al Mobile World Congress fue la multinacional surcoreana LG. Lo hizo aduciendo motivos de seguridad, por la crisis del coronavirus de Wuhan, y su opinión no ha cambiado ni un ápice. En medio de la tormenta que se ha desatado en las últimas horas por buscar una respuesta uniforme entre los organizadores de la feria y el Gobierno, la compañía no duda en situarse de parte de los primeros. "Mi opinión es que la cancelación no tiene otro motivo más allá del coronavirus. La Organización Mundial de la Salud dice que hay una alerta sanitaria y a la feria iban a desplazarse unas 8.000 personas de zonas peligrosas. En su momento, nosotros valoramos que no merecía la pena poner en riesgo, por pe-queño que sea, a nuestros em-pleados y los visitantes en general", asegura el presidente de LG España, Jaime de Jaráiz.La postura de la compañía surcoreana guarda coherencia con las decisiones que ha tomado antes y después de decidir no acudir a Barcelona. La tecnológica canceló también su concurso en el Integrated Systems Europe (ISE) de Ámsterdam —hecho que no pueden decir otras compañías como Sony o Intel— y además han limitado todos los viajes de empleados de la compañía. "Yo no puedo hablar por otras compañías, no sé qué interés tendrán, pero lo que sí aseguro es que nuestro único objetivo ha sido el de la protección, tanto de empleados como de las personas en general", incide Jaráiz. Ahora, en el ambiente lo que se respira es la búsqueda de un culpable que asuma la cancelación. Desde la organización del Mobile apuntan al coronavirus, pero desde el Gobierno se repite, en cada intervención pública, que en España ni ha habido, ni hay ninguna alerta de salud pública que haya impedido la celebración de la feria.