El número de personas que visitó estos lugares se situó en mínimos de 2016¿Visitaste una zona arqueológica este año? Si respondiste no, te perdiste la oportunidad de quedar cautivado por las construcciones y visiones de pueblos que forman parte del legado cultural de México. Si contestaste afirmativamente, probablemente encontraste menos gente que en años pasados, lo que cuesta trabajo creer ante el boom del turismo cultural en casi todo el mundo.A pesar de que abren al público los 365 días del año y el acceso es gratis para estudiantes, jubilados y discapacitados, las zonas arqueológicas cautivan a menos viajeros que antes, cuyo perfil suele ser más sofisticado y educado que el turista promedio, expuso Gerardo Herrera, especialista en turismo por la Universidad Iberoamericana.Cifras del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) muestran que los 193 sitios arqueológicos bajo su resguardo recibieron a 14,5 millones de visitantes entre enero y noviembre de 2019, la menor cantidad desde 2016. Se trata además de la primera vez que baja el flujo de visitantes al total de zonas desde la crisis internacional de 2009. Siete de cada 10 personas que llegan a las ruinas y espacios arqueológicos del país son mexicanos y el resto extranjeros, aunque ambos tipos de visitantes se alejaron de estos lugares durante 2019.Teotihuacán, sede de la gran Pirámide del Sol, es el complejo prehistórico preferido por los turistas que deciden conocer estos espacios en México, cuya cantidad de visitantes se multiplicó al ser declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987, haciendo del sitio uno de los mayores polos de atracción turística del país.No obstante, la también llamada Ciudad de los Dioses comenzó a recibir menos viajeros desde el año pasado, pero la caída empeoró durante 2019. Significa la primera vez que desciende el flujo de visitantes por dos años seguidos desde el periodo de 2006 a 2007, y la mayoría son mexicanos.Datos del INAH señalan que Teotihuacán atendió a 3,1 millones de visitantes entre enero y noviembre de 2019, siendo la menor cantidad desde 2015, pese a estar a una hora de la capital del país y tener acceso por vehículo particular, autobús, turibús y hasta por helicóptero. Considerada como una de las siete maravillas del mundo moderno, Chichén Itzá es la segunda zona arqueológica más visitada del país, pero también captó menos turistas en 2019. A diferencia de Teotihuacán, seis de cada 10 viajeros que recibe son extranjeros.Edificado sobre un acantilado a orillas del mar caribe, Tulum es el tercer espacio prehistórico más frecuentado en México, y también la mayoría de las personas que llegan ahí vienen de fuera del país. Estos tres sitios cautivaron a la mitad de todas las personas que decidieron visitar alguno de los casi 200 sitios que resguardó el INAH este año.Para Gerardo Herrera, las zonas arqueológicas recibieron menos visitantes por la percepción negativa sobre la inseguridad en algunos sitios, alentada tanto por los propios hechos delictivos como por las alertas del Gobierno de Estados Unidos. La falta de un plan de mercadotecnia en estos yacimientos culturales también está detrás del declive de visitas, aunque prácticamente todos los destinos turísticos del país han sido afectados negativamente por el cierre del Consejo de Promoción Turística de México (CPTM), explicó el académico.PresupuestosEl INAH va a contar con un presupuesto de 3.918 millones de pesos (187,5 millones de euros) el siguiente año, un aumento de 178 millones de pesos (8,5 millones de euros) con relación a 2019, aunque también planea trabajar con 4.910 empleados, 58 plazas menos, de acuerdo con el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2020. La Organización Mundial del Turismo (OMT) calcula que cuatro de cada 10 viajeros internacionales realizan alguna actividad cultural en su viaje, como visitar una zona arqueológica o museo. De ser una motivación hasta hace varios años de una élite sociocultural, el turismo cultural se ha constituido en una exigencia de muchos viajeros como un producto de consumo para la recreación de minorías más selectivas, con intereses particulares, apunta el organismo de Naciones Unidas. Dos nuevas zonas arqueológicas abrieron sus puertas durante 2019, después de añadir tres en 2018, de modo que el INAH terminó el año administrando una red de 194 sitios.