La situación de los bancos es cada vez más complicada. Al entorno de tipos de interés negativos, que lleva tiempo haciendo estragos en el sector, se han unido los efectos de la desaceleración económica y la incertidumbre política. Con este panorama, todas las entidades apenas han ganado 5 millones de euros en octubre en España, acentuando así la caída de los resultados respecto a 2018.Con la pequeña aportación de ese mes, el sistema eleva al 22 por ciento la disminución de sus cuentas en los diez primeros meses del año pasado. Los beneficios en este periodo se situaron en 8.826 millones, frente a los 11.305 millones del ejercicio precedente, una cantidad que resulta insuficiente para que la banca ofrezca la rentabilidad que exigen los inversores.Las entidades no registraban un mes tan malo en resultados desde 2017, aunque en aquella ocasión fueron pérdidas. Pero entonces los números rojos fueron provocados por el Popular tras su resolución y venta posterior al Santander. Ahora también ha podido influir alguna provisión extraordinaria.El organismo supervisor es consciente de las dificultades que tienen los bancos para remontar debido a la tenue actividad crediticia y las consecuencias de los tipos negativos en los ingresos. Por ello, el Banco de España reclama a las entidades que lleven a cabo nuevos recortes de costes, sugiriendo nada menos que un tijeretazo del 20 por ciento, y la limpieza total de su balance con la venta de activos improductivos. La rentabilidad roza el 6 por ciento, en contraposición con el 10 por ciento que viene reclamando el mercado, un nivel que es similar al del conjunto del sistema europeo. Con medidas excepcionales y contundentes, la institución que gobierna Pablo Hernández de Cos cree que podría conseguir ser rentable, pero para ello debería emprender una nueva oleada de fusiones que se resiste. Las integraciones ayudarían a rebajar los 5.000 millones anuales de gastos que el Banco de España recomienda, ya que se producirían solapamientos de personal, sobre todo en los servicios centrales. Hasta la fecha, el único grupo que está dispuesto a explorar una operación corporativa es Liberbank, pero no a cualquier precio. Sus accionistas han vuelto a entablar conversaciones con los socios de Unicaja, tras la fallida fusión en mayo pasado, para ver la posibilidades de la transacción.Los resultados de los grandes grupos en 2019 van a descender también en el extranjero, con lo que no contarán con esta palanca para compensar el negocio nacional. Tanto el Santander como BBVA han decidido ajustar el valor de su actividad en Reino Unido y EEUU, respectivamente, hecho que se comerá una parte de las cuentas consolidadas.