UGT, Comisiones Obreras y USO han convocado para el próximo 22 de enero una huelga en defensa de los puestos de trabajo de la industria electrointensiva.Tras los resultados de la subasta de interrumpibilidad realizada por Red Eléctrica y ante la falta de medidas que puedan suponer un aumento de la competitividad de empresas como Alcoa o Arcelor, los sindicatos han decidido pasar a la acción para reivindicar medidas como la aprobación del Estatuto de la industria electrointensiva, los pagos por emisiones indirectas de CO2, la reducción de peajes o fomentar los contratos bilaterales.Las organizaciones firmantes de la convocatoria han solicitado tanto al Ministerio de Industria como al de Transición Ecológica que adopten las medidas necesarias para que se corrija la situación actual y realizan un llamamiento a las empresas afectadas exigiéndoles que no tomen ninguna medida que pueda suponer la pérdida de trabajo en las plantas afectadas.La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, lanzó el pasado jueves por la tarde un mensaje a Alcoa y Arcelor, que protestaron por el elevado precio de la electricidad en España. La ministra colgó en sus redes sociales una captura de pantalla en la que se aprecia que el coste de la electricidad para este pasado viernes era el más barato de Europa en sus previsiones para hoy.Tanto Alcoa como Arcelor han anunciado que los resultados de las subastas de interrumpibilidad que hace apenas cuatro años les suponían a las empresas electrointensivas más de 500 millones en ingresos apenas reportarán el próximo ejercicio 5 millones.Las industrias reclaman que el Gobierno cumpla sus compromisos y apruebe, tal y como les había prometido, el Real decreto que regula el Estatuto de Consumidores electrointensivos. Por contra, desde los sectores industriales se indica que el diferencial con Europa se sitúa en cerca de 10 euros por MWh, lo que supone un serio problema de competitividad para la industria española y que pone en riesgo el empleo industrial, mucho más cualificado y generalmente mejor pagado.La nueva subasta del servicio de gestión de demanda de la interrumpibilidad para la primera mitad de 2020 se cerró, como ya era de esperar —dado el recorte de potencia del 60 por ciento y la desaparición de los bloques de muy alta disponibilidad de 40 MW obligando a competir por un número reducido de bloques de 5 MW, pasando de 2.400 MW a solo 1.000 MW—, con un enorme daño económico, aún mayor del esperado. En opinión de la industria, la interrumpibilidad es un servicio ampliamente utilizado en este último periodo y, además, una estructura de generación cada vez más renovable y menos predecible que necesita sistemas de respaldo para garantizar el suministro. Sin interrumpibilidad el único respaldo viene de fuentes de generación emisoras de CO2. Los altos precios de la electricidad no mueven a la sociedad hacia la electrificación, que es el camino hacia la deseada sociedad neutra en carbono. De hecho, las medidas sobre la demanda se incluyen en la Directiva de eficiencia energética como algo a ampliar.