El Órgano de Apelación lleva paralizado desde hace tiempoAnte la actual situación en la que se encuentra el Órgano de Apelación de la Organización Mundial del Comercio (OMC), al tener desde el 10 de diciembre un solo integrante de siete que debiera tener, la solución a los problemas comerciales corre el riesgo de quedar en manos de instancias regionales, o enfrentar la ley de la selva.Durante la conferencia sobre la situación del Órgano de Apelación que realizó la International Chamber of Commerce (ICC), el exintegrante y expresidente de dicho órgano, el mexicano Ricardo Ramírez, y el exembajador de México ante la OMC, Roberto Zapata, señalaron que Estados Unidos bloquea la renovación de los integrantes del equipo de apelación. Dijeron que el punto de quiebre verdaderamente será 2020, cuando se sepa si se reelige el presidente estadounidense, Donald Trump, porque sigue latente su promesa de campaña de que se saldría de la OMC, lo que sería una solución muy radical y generaría un nuevo escenario mundial, además de que llevaría a imponer reglas regionales.Ramírez dijo que "ante la falta de gobernanza global, solo queda la ley de la selva", pero aunque el mundo pueda vivir sin un órgano de apelación, es necesario que se mantengan los mecanismos. En clara alusión a EEUU, dijo que se ha visto cómo el país amenaza con imponer aranceles a determinados productos y, a pesar de que viola normas internacionales, "no hay nadie que le diga nada". Agregó que es preocupante que en caso de reelegirse Trump pueda sacar su lado más radical.En su turno, el exembajador de México ante la OMC, Roberto Zapata, dijo que Estados Unidos busca tener un mecanismo de solución negociada en el que se apliquen más "las reglas del barrio" y no se sometan a los acuerdos internacionales. El problema, agregó, es que ese sistema es manipulable. Afirmó que la parálisis tendrá un impacto en la política comercial de México.