Bruselas dice que sólo puede tramitar un procedimiento de infracción interminableBruselas. Que no cundan ni el pánico ni las prisas. Cierto es que el pleno semanal de la Comisión Europea decidió ayer no salirse del guión y abrir expediente a España por el decreto auspiciado por José Montilla, ministro de Industria, para frenar el desembarco del gigante alemán E.ON en la eléctrica Endesa. Pero ya se sabe que los engranajes comunitarios son perezosos y burocráticos.Han pasado dos meses desde que el decreto anti-E.ON fuera adoptado por las autoridades españolas antes de que Bruselas lanzara ayer lo que, en la jerga comunitaria se denomina un procedimeinto de infracción. Bruselas considera que los nuevos poderes atribuidos a la Comisión Nacional de la Energía (CNE) para intervenir en las fusiones en el sector son demasiado amplios al no estar claramente definidos, y suponen una barrera ilegal a la libre circulación de capitales en la Unión Europea. Madrid dispone ahora de dos meses para justificar sus reflejos proteccionistas. Es lo que ha estado haciendo sin éxito de manera informal, de manera que del trámite formal no cabe esperar ninguna gran cosa. Si en dos meses España no convence, el plazo que puede prolongarse en función de la diligencia de la Comisión Europea y de la calidad de los argumentos españoles, el expediente se tornará en últimatum: otros dos meses para derogar el decreto o cortarle las alas a los extensos poderes otorgados a la CNE para intervenir en las fusiones del sector.Si el ministro de Industria sigue haciendo oídos sordos, los abogados del Estado tendrán que verse las caras con los de Bruselas ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea en un presumible largo pleito, que mantendría la operación dentro de la más indeseables de las incertidumbres."La Comisión siempre está preparada para ejercer sus poderes y así debe hacerlo. Pero sólo puede recurrir a los poderes que le confiere el derecho comunitario, y es lo que estamos haciendo", explicaba ayer el portavoz del irlandés Charlie McCreevy, comisario europeo de Mercado Interior. "Por supuesto esperamos no llegar hasta el Tribuna y resolver el caso en un plazo razonable", añadió.Almunia se da a la fuga Siempre atento a las demandas de la prensa, el comisario español Joaquín Almunia escapó ayer como alma que lleva el diablo de cámaras y micrófonos. Sin duda consideró que era demasiado complicado cuadrar el círculo y conciliar su teórica independencia como comisario europeo ante el Gobierno español, con su lealtad a un ejecutivo que, a fin de cuentas, le recuperó de su travesía del desierto en Ferraz y le envió a Bruselas.