La subida del 'dinero de plástico' sigue al histórico pacto de las entidades financieras para bajar la comisión al comerciomadrid. ¿Casualidad o causa-efecto? Banca y comercios pusieron fin al histórico litigio de las tarjetas a finales de 2005 y ahora el 'dinero de plástico' pesa más que nunca en los bolsillos de los consumidores.¿Recuerda esa tarjeta que le envió su banco o caja? Pues el alquiler anual se ha disparado un 3,43 por ciento de media en los dos primeros meses de 2006, según datos difundidos por el Portal del Cliente Bancario del Banco de España. Asimetría por 'plásticos'La subida no es lineal y pagarán más los que menos lo hacían. En las tarjetas de crédito -que permiten financiar las compras-, la comisión repunta un 3,13 por ciento, hasta los 23,66 euros de media. Y en los 'plásticos' a débito -los pagos van directos a la cuenta corriente-, la cuota se encarece un 4,04 por ciento y alcanza los 11,57 euros. El estudio se elabora con las tarifas que tienen aprobadas bancos y cajas por el Banco de España. Y, si bien, las entidades deciden después si cobrarlas o no, la verdad es que las estadísticas son demostrativas de la marcha del mercado. Y revelan que las campañas de comisión cero estrenadas a principios del año por entidades como el Santander, Bancaja, Caixa Galicia o CajaSur, no frenan la escalada. ¿Es mucho una subida del 3,4 por ciento? A simple vista, un cliente podría pensar que no. O, incluso, alegrarse si lo compara con el coste de la vida, que avanzó un 4 por ciento en el mismo tiempo.Pero es el suma y sigue. La cuota media de las tarjetas se ha inflado un 11,63 por ciento desde 2004 y también con asimetrías. A la banca le conviene que el consumidor use las tarjetas como si fueran préstamos. Y si debe trasladar parte del coste del servicio, mejor en tarjetas de débito, que no financian.Para las asociaciones de consumidores hay un responsable: el acuerdo de la banca para reducir en un 50 por ciento las comisiones aplicadas a los comercios cada vez que sus clientes pagan con tarjetas.El compromiso es dejar las tarifas en la mitad en tres años, con una merma de ingresos para la banca estimada en 2.000 millones. Pero antes de acceder a las pretensiones del comercio, la banca alertó que no regentaría un negocio deficitario. Y lanzó un mensaje: los servicios tienen un coste y, lo razonable, es que pague el beneficiario para evitar que su importe se traslade al conjunto de los clientes.Comisiones versus créditosEl negocio bancario no es el de hace años. Con los tipos de interés en mínimos históricos, las cuentas ya no pueden construirse sólo con la actividad tradicional de prestar dinero y las comisiones se han convertido en el 'maná' de muchas entidades. Esta fuente de ingresos sufraga el 65 por ciento de los costes ordinarios de bancos y cajas. Pero los clientes tampoco son los de antes. Un 16 por ciento de las quejas y reclamaciones que recibe el Banco de España tienen detrás un consumidor enfadado por el cobro de tarifas y gastos. Y el usuario está dispuesto a migrar a otra entidad si le asedian a comisiones .¿Y cuál es la respuesta a un cliente más informado? La batalla comercial se centra en suprimir costes por servicios -gestión y apuntes en cuentas, etc-, y que el cliente pague por productos contratados. Pero en tarjetas, la Unión de Consumidores de España (UCE) y Adicae han llevado el caso al Tribunal de Defensa de la Competencia, y alertan que vigilarán para que el cliente no pague por la rebaja prometida a los comercios.