En medio de la desaceleración económica de México, el empleo femenino ha repuntado en lo que va del año, superando incluso al de los hombres, pero principalmente en el terreno de la informalidad.Se trata de trabajos caracterizados por la mala calidad debido a lo precarios, mal pagados, sin acceso a los servicios de salud y sin las prestaciones de ley. Del cuarto trimestre de 2018 al tercer trimestre de este año se incorporaron al mercado laboral del país 657.000 trabajadoras, una cifra un 57,6 por ciento superior a las registradas en el mismo periodo del año anterior.Sin embargo, de ese total, 420.200 (64 por ciento) lo hicieron a través de empleos informales, una cantidad un 170 por ciento superior a las 155.800 registradas un año antes, de acuerdo con los datos de la En-cuesta Nacional de Ocupación y Empleo que realiza el Inegi.La población masculina ocupada aumentó en 350.300 personas durante el mismo lapso, un 53 por ciento más que la registrada en los primeros nueve meses de 2018.De este total, 274.000 (78,3 por ciento) entraron al sector formal y solo 75.800 al informal, lo que en ambos casos representaron un retroceso anual de 35,2 por ciento y 76,4 por ciento, respectivamente."Los segmentos de la población más desprotegidos por género o edad son los más afectados en momentos de desaceleración. Es por eso que las mujeres están encontrando oportunidades para salir adelante en estos momentos de mayor retracción, pero en la economía informal", explicó José Luis de la Cruz, director general del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (Idic).En relación a la edad, el porcentaje de mujeres sin acceso a trabajos formales ascendió a 77,2 por ciento de las jóvenes entre 15 y 19 años durante el tercer trimestre del año, la tasa más alta entre los diferentes grupos de edad, y superior a la tasa de 73,2 por ciento registrada en el mismo periodo de tiempo del año pasado, de acuerdo con los indicadores de género de la encuesta.La precarización del empleo y la mayor integración de la mujer al sector informal en lo que va del presente año está directamente relacionado con la contracción de las trabajadoras con mayores salarios.Mientras la población femenina que gana más de dos salarios mínimos cayó un 18 por ciento, las que no reciben ingresos o ganan menos de dos salarios aumentó 16,7 por ciento. Así, dos de cada tres mujeres que trabajan están en el segmento de ingresos más bajo.ComplementoJosé Luis de la Cruz expone que "ante las dificultades que tienen los hombres para conseguir un empleo de tiempo completo, las mujeres están dejando parcialmente el hogar y buscan oportunidades, pero por ciertas horas de trabajo, es decir, trabajando 10 o 15 horas a la semana para tratar de complementar el ingreso familiar que se está precarizando".En efecto, la población femenina ocupada de manera temporal o con una jornada laboral menor a las 15 horas semanales aumentó un 23,7 por ciento entre el cuarto trimestre de 2018 y el tercer trimestre de 2019, en tanto que, quienes trabajan de 15 horas a más de 48 horas se mantuvieron prácticamente estancadas, con un incremento de apenas 0,2 por ciento en el periodo de referencia.MicronegociosDe los 657.000 empleos femeninos totales generados en los primeros nueve meses del año, 421.000 (64 por ciento) correspondieron a micronegocios, normalmente con bajos niveles de productividad, de los cuales 188.000 (45 por ciento) no contaban con establecimiento, los cuales están relacionados con el sector informal de la economía.Por actividad económica, el grueso de las plazas ocupadas por las trabajadoras empleadas de manera informal se ubica en el comercio, así como en restaurantes y servicio de alojamiento. Es decir, que se concentran en el sector terciario. "Esto lo que plantea es que lamentablemente y de manera estructural se van a seguir observando las condiciones de desigualdad en cuestión de ingresos y de prestaciones que afectan a las mujeres". "En términos generales, el propio mercado laboral mexicano vive una etapa de precarización. Lo que se observa es que no se encuentran las condiciones para reducir la desigualdad", concluyó José Luis de la Cruz.