General Motors ha entrado en una guerra legal directa contra Fiat Chrysler (FCA), revolviendo las entrañas de las negociaciones de ésta con el sindicato más importante de la industria en Estados Unidos. La automotriz liderada por Mary Barra acusa a la italoamericana de haber sobornado durante años a los funcionarios de United Auto Workers (UAW), durante las negociaciones colectivas, con el objetivo de obtener una ventaja sobre su principal competidor a este lado del Atlántico. Una demanda que puede impactar de lleno en el proceso de fusión entre Fiat Chrysler y PSA Group, valorada actualmente en 54.200 millones de euros. Según fuentes citadas por la agencia Reuters, pese a que la denuncia de GM buscaría indemnizaciones "sustanciales" ante los daños presuntamente sufridos por la compañía, ni FCA ni PSA tendrían intención de revisar las condiciones propuestas para dar lugar al cuarto fabricante automovilístico más grande del mundo. No obstante, los analistas parecen no coincidir con estas afirmaciones. De acuerdo a los analistas de JPMorgan, GM podría intentar conseguir entre 6.000 millones y 15.000 millones de dólares como indemnización, si tenemos en cuenta que la empresa ha mantenido una media aproximada de 50.000 empleados sindicados durante los últimos ocho años. Para el analista de Commerzbank, Demian Flowers, la matriz de Peugeot podría utilizar esta situación para renegociar los términos de su fusión con Fiat Chrysler. Dicho esto, el poder de presión dependería de la credibilidad y el alcance que puedan tener las acusaciones de GM. De todas formas, el experto de Deutsche Bank, Gaetan Toulemonde, indicó en un informe del que se hizo eco Bloomberg que los accionistas de la francesa están "asumiendo todos los riesgos" de la operación, mientras RBC Capital Markets estima que PSA "está pagando de más" por la operación. En Citigroup inciden que la propuesta está muy sesgada a favor de Fiat Chrysler.FCA y PSA anunciaron sus planes el mes pasado, para unir sus fuerzas y abordar de forma más eficiente el coste de las nuevas tecnologías así como la recesión que enfrentan algunos mercados automotrices.En una carta a sus empleados sobre la demanda de GM, el consejero delegado de FCA, Mike Manley, dijo estar "asombrado" por la misma, "tanto por su contenido como por el momento".