La decisión del Gobierno de Ecuador de liberalizar el precio del combustible desencadenó una oleada de disturbios en todo el país que acabaron con el presidente, Lenín Moreno, cancelando la polémica. Las violentas protestas estuvieron encabezadas por el sector del transporte, grupos estudiantiles y movimientos indígenas. Estos últimos provocaron los principales destrozos en unos enfrentamientos que han dejado ocho muertos, 1.192 detenidos y pérdidas millonarias.El FMI está en el centro del huracán. El Gobierno ecuatoriano pactó el pasado mes de febrero un préstamo de 4.200 millones de dólares a cambio de reformas estructurales para reducir el déficit fiscal de 3.600 millones de dólares a 1.000 millones en 2020. Entre las medidas figuraba la liberalización de los precios de los combustibles, que habría disparado su precio casi un 50%. El Gobierno calcula que, solo eliminando este subsidio, el Estado se podría haber ahorrado al año unos 1.500 millones de dólares. El conflicto ha dejado en evidencia la incapacidad de Moreno para cumplir con los compromisos adquiridos con el FMI y ha profundizado la brecha existente entre el actual mandatario y su antecesor, Rafael Correa. El que fuera el padre político de Moreno ya ha anunciado que quiere volver a la primera línea de la política, aunque las órdenes de detención que pesan sobre él en el país podrían dificultar su objetivo. Ya hay quien especula con que Correa buscará fórmulas parecidas a la utilizada por Cristina Kirchner en Argentina para volver a la escena política, lo que podría acabar enfrentando a Ecuador con el FMI.