El Valencia CF quiere retomar las obras del Nou Mestalla el primer trimestre del año que viene (11 años después de detenerlas) para mudarse al mismo dentro de tres temporadas (para la 2022/2023). Este es, según trasladan a elEconomista fuentes conocedoras de la operación inmobiliaria, el calendario que maneja el club, una hoja de ruta que depende de varias cuestiones. La más importante, que se materialice con éxito la venta a la cooperativa ADU Mediterráneo de los terrenos del actual Mestalla de la Avenida Aragón, que ha de resolverse en las próximas semanas. Y en el ámbito burocrático, que el equipo logre la preceptiva licencia para retomar los trabajos.Por lo que respecta a esta segunda cuestión, fuentes de la concejalía de Espacio Público del Ayuntamiento de Valencia indican a este diario que la concesión de la licencia al Valencia CF está pendiente de los últimos trámites. El consistorio, que catalogó el proyecto como prioritario para agilizar su tramitación, requirió al Valencia CF cambios en materia de seguridad para adaptar el proyecto original a las demandas normativas actuales, unas modificaciones que el club ya tiene listas y que presentará en breve. "La información que tenemos es que están a punto de entregarlo", afirman desde el consistorio, y detallan que se trata, entre otras cuestiones, de aspectos relacionados con los vomitorios de las gradas.El club, por su parte, ni confirma ni desmiente. "Informaremos con detalle de todo próximamente", indica el departamento de comunicación del club preguntado por este periódico sobre los detalles de la mudanza. Según ha podido saber este diario, el periodo de construcción previsto por el Valencia CF es de un total de 20 meses, de modo que, si comenzaran en marzo del año que viene, podrían acabar el estadio en noviembre de 2021. No obstante, la entidad prefiere empezar y acabar la temporada en el mismo estadio, de modo que no haría el traslado hasta 2022.Por lo que respecta a la venta del suelo del viejo Mestalla, el próximo hito de la operación será una subasta por el espacio terciario en el que podría haber hasta cinco firmas con dos candidatos favoritos. Uno de ellos aspira a ampliar el espacio terciario a costa del residencial.