El grupo aumentó sus ventas el 14%, pese a la caída del 5,8% de su filial hispanamadrid. España es diferente. Y Turquía también. La crisis global golpea en todas partes, pero los mercados español y turco parecen especialmente sensibles a la caída del consumo. Al menos eso se desprende de los últimos resultados trimestrales del Grupo Vodafone. El gigante de las telecomunicaciones recibió ayer todo tipo de parabienes, gracias a unos ingresos globales que aumentaron el 14 por ciento, hasta los 11.575 millones de euros, frente a los 9.160 millones del mismo trimestre de 2007. Estos datos superaron con creces las previsiones de los analistas y recibieron el respaldo de la bolsa, con una revalorización de los títulos del 7,2 por ciento. Con la sombra de la recesión al acecho, Vodafone tiene motivos para celebrar su estrategia de diversificación geográfica, con India como motor del grupo. Pero la fiesta de la multinacional por sus resultados globales no se hizo extensiva a España, cuyas ventas cayeron el 5,8 por ciento. De esta forma, el grupo de telecomunicaciones volvió a mostrarse decepcionado por el rendimiento de un mercado que hasta hace dos trimestres sólo proporcionaba alegrías. Además, el tropezón de los negocios de su filial española contrasta con los favorables rendimientos alcanzados en Reino Unido, Alemania e Italia. A finales del pasado otoño, Vodafone ya culpó a España de lastrar sus cuentas con menores ingresos operativos de los previstos. ¿Por qué caen los ingresos? Las comparaciones respecto a hace un año resultan odiosas para Vodafone España. El periodo comprendido entre los pasados octubre y diciembre se mide con un trimestre que resultó muy favorable para la filial española en 2007. A eso se añade el efecto de la crisis económica, que golpea con mayor fuerza en España que en otros países europeos. De esta forma, la contención en el gasto de los españoles coincide con una caída del precio por minuto del 7 por ciento, debido a promociones especialmente agresivas durante los últimos meses de 2008. La presión regulatoria también merma lo suyo las cuentas de la filial española. Según explica el operador, la rebaja de los precios de interconexión (del 40 por ciento en tres años) se ha cobrado casi un tercio de la disminución de los ingresos. El aumento del paro, el cierre de muchos negocios y las menores visitas de turistas a España también incidieron a la baja en las cuentas de una filial que ya suma 16,5 millones de clientes. En el último trimestre del año se incorporaron 152.000 nuevos clientes en Vodafone España, de los que el 80 por ciento de ellos fueron abonados de contrato, lo que habla a favor de la actividad comercial de la subsidiaria española. Las apuestas de futuro del operador se han consolidado en el último trimestre. Así, la sustitución del fijo por el móvil avanza de forma satisfactoria y la banda ancha móvil sigue creciendo a ritmos importantes. Los nuevos servicios de ADSL de Vodafone, a través de Tele2, también captaron el 16 por ciento del total de las altas del mercado español el pasado noviembre.