La compañía insiste en que pedirá indemnizaciones al Ejecutivo de Prodimadrid. Autostrade está viviendo un año difícil. Muy difícil. La compañía lleva siete meses intentando fusionarse con Abertis y enfrentándose al Gobierno italiano. Sus discrepancias con el Ejecutivo de Romano Prodi han llegado hasta tal punto que el grupo de autopistas tomará acciones legales contra el Gobierno. Así lo reconoció la semana pasada y ayer volvió a dejarlo claro. La concesionaria aprovechó la caída del 17 por ciento que ha tenido en su beneficio del tercer trimestre, hasta 550 millones, para volver a decir que el Gobierno deberá resarcirle económicamente de los posibles daños que genere su oposición al matrimonio con Abertis.En los últimos años, Autostrade ha perdido la velocidad de crucero y se ha ido quedando estancada en el competitivo mundo de las concesiones. Consciente de ello, sabe que la mejor opción de futuro pasa por aliarse con Abertis. Dentro de este plan, aprobará el reparto de un dividendo extraordinario de 3,75 euros por acción en la próxima junta general, convocada para el 12 de diciembre.