Pese a que José Manuel Aisa insiste en que no es sano estar mirando el precio de la acción constantemente, reconoce que le gusta lo que ve, al igual que a sus inversores, que han visto cómo el valor de la compañía ha aumentado un 180 por ciento desde su salida a bolsa en 2015 y un 77 por ciento en 2019. A pesar de esta subida, acaba de entrar en el Eco 10, el índice de ideas de inversión de calidadde elEconomista. Sin embargo, el financiero aclara que "Cellnex no es una inversión a corto plazo porque no actuamos en función de la reacción que pueda haber en bolsa". "Al inversor le gusta que no haya sorpresas, que seas predecible y no tengan que sufrir un infarto cada vez que vas a rendir cuentas", añade Aisa.Estas fuertes subidas no habían sido previstas por nadie, y menos por los analistas, cuyas valoraciones se han ido quedando continuamente rezagadas en los últimos meses. Además, a la vez han ido deteriorando su recomendación hasta que la operadora ha perdido el cartel de compra del consenso de expertos que recoge FactSet.El buen momento del sector es opuesto al del entorno macro, que está sufriendo una desaceleración que a Cellnex, de momento, no le ha afectado en absoluto. La clave para Aisa es que dependen de una demanda muy específica, como es la de la comunicación y la información, "que no creo que se reduzca aunque venga una crisis económica, por lo que somos un valor relativamente acíclico y con una beta [correlación con el mercado] muy baja".Obviamente, llegarán las caídas "y habrá que gestionarlas, pero como no somos un valor a corto plazo...". Mientras tanto, ya hay bancos de inversión, como Goldman Sachs, que ven la acción incluso llegando a los 50 euros, un potencial del 35 por ciento.