La OCDE prepara un proyecto de tasa a las tecnológicas para tomar una decisión antes de que acabe el año que vieneEn una irónica coincidencia, el nuevo impuesto a las grandes corporaciones tecnológicas que está sobre la mesa se denomina GAFA (por Google, Amazon, Facebook y Apple). El objeto al que emula tiene como objetivo, normalmente, mejorar la visión de quien lo necesita y esta tasa, lo que busca precisamente, es ver con más claridad de dónde salen realmente los ingresos de estas empresas para que paguen los impuestos correspondientes en cada país. A este respecto, Francia ha sido la primera en dar un paso al frente, ya que tiene instaurada la conocida como tasa GAFA por la que se aplica un impuesto del 3 por ciento sobre la facturación a aquellas empresas que a nivel global ingresen más de 750 millones de euros y más de 25 millones en el país galo. El Ejecutivo francés espera recaudar por esta vía unos 400 millones este año y 650 millones en 2020 cuando se aplique durante todo el ejercicio. Una medida que se estudia aplicar más ampliamente. De hecho, la OCDE, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, tiene el encargo de hacer la estructura para poder tomar una decisión definitiva antes de finales de 2020. El pasado jueves el ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, anunció que Francia y Estados Unidos van a copresidir un grupo de trabajo "técnico" sobre la fiscalidad de la economía digital con el objetivo de conseguir un acuerdo en el primer semestre de 2020. La llamada tasa GAFA también sería una manera de presionar a la comunidad internacional de cara a instaurar una base fiscal común. Lo que se pretende con esto es que estas grandes empresas de Internet paguen impuestos en los países donde tengan actividad digital, aunque carezcan de presencia física, para evitar así que transfieran sus beneficios a los conocidos como paraísos fiscales. Y es que el impuesto de sociedades, que grava las ganancias de las compañías, es una fuente clave para los ingresos gubernamentales. No deja de ser llamativo que estas empresas puedan generar ingentes cantidades de dinero sin estar físicamente en un territorio, ya que pueden tener sus oficinas centrales en países con bajos impuestos, donde declaran la mayoría de sus ganancias.En un hipotético escenario, si a nivel global se aplica un 3 por ciento de impuesto sobre las ventas que se esperan de las cuatro grandes tecnológicas del mundo, la cuantía que tendrían que pagar en 2020, en conjunto, sería de 25.269 millones de dólares (se prevén en total 842.290 millones de ingresos). A este respecto, Amazon y Apple serían las que más desembolsarían al tener las facturaciones más altas, 330.970 millones y 270.000 millones, respectivamente, el año que viene. Por tanto, un impuesto de este tipo a nivel global les supondría un gasto de más de 9.900 millones de dólares en el caso de Amazon y de más de 8.000 en el de Apple.Del mismo modo, si se aspirase a contar una fiscalidad mínima común, el impuesto de sociedades medio de los países de la OCDE es del 21,7 por ciento. Es decir, que sobre los beneficios esperados para el próximo ejercicio en conjunto, 138.830 millones de dólares, la cuantía a pagar sería de 30.126 millones. De nuevo Apple sería la firma que más se tendría que rascar el bolsillo, ya que los expertos esperan unas ganancias de 55.336 millones, por lo que un impuesto del 21,7 por ciento le supondría una salida de dinero de 12.000 millones. La seguirían Alphabet, con más de 8.400 millones y Facebook que rozaría los 6.000. Por su parte, Amazon, que es la que menos ganaría de las cuatro, se enfrentaría a un pago de unos 3.700 millones. Eso sí, en realidad estas grandes corporaciones pagan mucho me-nos, ya que se acogen a diversas bonificaciones y descuentos. Según datos de la Comisión Europea, las empresas convencionales pagan en Europa, de media, un 23,5 por ciento en impuestos, mientras que las tecnológicas lo hacen en un 9,5 por ciento. ¿Habrá impuesto en 2020?En la práctica, no parece creíble pensar que tan pronto como el año que viene la comunidad internacional llegue a un acuerdo a este respecto. "Veo pocas posibilidades de que podamos ver la aplicación de la tasa para finales del próximo año. Para empezar, porque abriría la puerta a una dura guerra con la Administración de Trump, algo para lo que la economía de la zona euro no creo que esté preparada", explica Jesse Cohen, analista sénior de Investing.com. Antes de anunciar que habían llegado a un acuerdo sobre este tema esta semana, Trump había amenazado a Macron con aranceles a la importación de vinos galos. Ahora, Francia se ha comprometido a reembolsar a las empresas afectadas la diferencia entre el impuesto francés y el nuevo sistema internacional que está preparando la OCDE. Por otro lado, Jesse Cohen señala que ni siquiera Europa está unificada en este frente, "con algunos de los países con impuestos más bajos mostrando su oposición, como podría ser el caso de Irlanda. Además, no infravaloremos el poder que tiene la gran industria tecnológica, que le ha ganado la partida en los últimos años a la industria tabaquera o petrolera".En este sentido, Amazon Francia anunció en un comunicado que "repercutirá el impuesto a las GAFA sobre los vendedores externos de su plataforma". Esto quiere decir que aquellas empresas que vendan a través del gigante estadounidense verán un incremento de las tarifas, lo que podría derivar a su vez en un aumento de los precios. El poder de influencia que tienen este tipo de corporaciones quedó claro el pasado mes de marzo, cuando países como Irlanda, que tiene un tipo impositivo del 12,5 por ciento, Dinamarca, Suecia y Finlandia bloquearon un posible acuerdo para la aplicación del impuesto. Por otro lado, las negociaciones se tienen que llevar a cabo entre 130 países (36 de ellos miembros de la OCDE).Atraer el dinero de las GAFAAdemás de las fuertes ganancias que generan, Alphabet, Amazon, Facebook y Apple son también muy conocidas por las cajas que atesoran. La caja neta suele utilizarse como un indicador de la salud de una compañía, ya que permite observar la capacidad de esta para generar efectivo después de todos los gastos pagados. En otras palabras, la caja supone que tu liquidez supera tu deuda financiera, por lo que implica un riesgo financiero a corto plazo casi nulo o muy bajo.El año que viene, según las previsiones, entre las cuatro tendrán más de 330.000 millones de dólares, siendo la cifra más destacada la de Alphabet para la que se prevé cerca de 120.000 millones. Es más, en 2022 la estimación es que sobrepase los 200.000 millones de dólares, la única que lo conseguiría. En segundo lugar se situaría Amazon con una posición de tesorería estimada de más de 180.000 millones.Precisamente esta ha sido una de las obsesiones de Donald Trump, que aprobó una rebaja en los impuestos en caso de repatriar los activos que las empresas tienen fuera de las fronteras estadounidenses, pasando así de un tipo del 35 por ciento a un 15,5 por ciento en el caso de activos líquidos y un 8 por ciento en el de otros tipo de activos. Según los datos publicados por el Departamento de Comercio, las firmas estadounidenses repatriaron más de 660.000 millones de dólares en 2018. Gran parte de ese dinero se destinó a recomprar acciones propias, según recoge un estudio de la Reserva Federal. De hecho, esta actividad alcanzó un récord de 1,1 billones de dólares. Con esta práctica se favorece a corto plazo la subida del mercado, ya que existen menos acciones en circulación, lo que alimenta el apetito de los inversores.