madrid. Sol Meliá ya se ha deshecho de varios de los hoteles que poseía en propiedad a cambio de quedarse con su gestión. También tiene comprometida la venta de unos cuantos más, una política de desinversión de activos que, una vez más, le ha permitido a la cadena mallorquina hacer públicos unos resultados envidiables. Desde enero hasta septiembre, el grupo que preside Gabriel Escarrer obtuvo un beneficio neto atribuido de 120,1 millones de euros, lo que supone un incremento del 45,5 por ciento en comparación con el mismo periodo del pasado ejercicio. Además, la cifra de negocio de Sol Meliá aumentó en los primeros nueve meses a una tasa interanual del 10,1 por ciento, hasta 964,7 millones de euros. De esta forma, su resultado bruto de explotación o EBITDA (antes de impuestos, amortizaciones e intereses) mejoró en un 13 por ciento, hasta 265 millones de euros. Sol Meliá siguió adelante con su política de gestión de activos. La cadena se deshizo durante este periodo del año del Hotel Vista Sol en Mallorca y el hotel valenciano Rey Don Jaime por 12,5 y 38,5 millones de euros, respectivamente, así como un terreno en Tenerife por otros 45 millones.La empresa hotelera también ha comprometido la venta del hotel Meliá Colón de Sevilla por 40 millones, a un múltiplo de EBITDA de 21,4 veces. Esta operación generará unas plusvalías de 21 millones. Sol Meliá tiene previsto reformar el establecimiento, en el que mantendrá el 50 por ciento del hotel y su gestión por 35 años. Evolución positivaAdemás, la cadena destaca la evolución positiva de todas sus áreas de negocio, Europa Urbana, Europa Vacacional, América y Sol Meliá Vacation Club. Dicen que no ocurría desde hace cinco años. De hecho, la mejora del negocio se reflejó en un incremento del 8 por ciento en el índice RevPAR, es decir, en los ingresos por habitación disponible.