Las empresas españolas han asumido que es necesario abandonar el actual modelo económico lineal, basado en producir, consumir y tirar, para avanzar hacia un modelo circular, en el que prime aprovechar al máximo los recursos y las materias primas, reintroduciéndolos en el tejido productivo y reduciendo al mínimo la generación de residuos. Esa preocupación también ha llegado a la Cámara de Comercio de España, que hace un año creó la Comisión de Economía Circular, para identificar y proponer medidas que contribuyan a alcanzar un crecimiento económico más equilibrado y sostenible. ¿Las empresas ya creen de verdad en la importancia de la economía circular? ¿O sigue siendo una cuestión de imagen? Las empresas ya tienen clara la importancia de la protección del medio ambiente y la sostenibilidad. Y las grandes empresas ya están integrando conceptos de economía circular, que es algo más global. Es un concepto que no podemos decir que ya esté implantado, pero sí está incorporado a las grandes estrategias; los gobiernos, empezando por la Unión Europea, están diseñando directivas y poniendo la base legal para incentivar esa movilidad hacia modelos más circulares. Pero estamos todavía al principio. Es un concepto que hay que implantar, pero aún queda mucho camino por recorrer. Los planes de implantación son a 10 o 15 años.¿Qué ha pasado para que se produzca este cambio de mentalidad? Como pasa con el cambio climático, la sociedad ya lo tiene interiorizado. Son cambios que provoca la propia sociedad. Nuestros hijos son mucho más proclives a implantar conceptos de sostenibilidad y de protección de lo que lo eran las generaciones anteriores. Hay una evolución en la sociedad que le lleva a plantearse qué mundo queremos dentro de 30 años, qué pasa con el agotamiento de recursos, cómo va a afectar a la gestión empresarial y a la economía, etc.¿Por qué la Cámara de Comercio de España decidió crear la Comisión de Economía Circular? El objetivo era recoger la inquietud de las empresas, que sienten que sucede algo más allá de la normativa de protección del medio ambiente. Algo que, además, tiene un coste futuro aún no identificado. La Cámara de Comercio está compuesta por empresas que comparten ese sentimiento, y nuestra misión es contagiar ese interés por la economía circular a las pymes.¿Cómo funciona la Comisión? ¿Qué objetivos se plantean? Hemos definido varias líneas de trabajo. Por un lado, como órgano consultivo para las iniciativas legales que se estén desarrollando desde la UE, el Gobierno o los Ejecutivos territoriales en el ámbito de la sostenibilidad, la estrategia de economía circular, etc. La Comisión aglutina las opiniones de todos los miembros y se convierte en el vehículo de respuesta, proponiendo mejoras y modificando estas iniciativas para facilitar su implantación. Además, nos hemos organizado en función de las tres grandes necesidades que hemos identificado.En primer lugar, los recursos. Qué líneas de trabajo queremos contemplar en este campo, qué procesos se pueden incentivar, qué modelos de simbiosis se pueden aplicar... En segundo lugar, los residuos, que es el aspecto más conocido porque es en el que revierte toda la normativa. Cómo podemos reducir el volumen de residuos, cómo podemos reutilizar los materiales para mantenerlos el mayor tiempo posible en el ciclo productivo, cómo podemos convertir un producto en un subproducto antes de enviarlo al vertedero...Y en tercer lugar, las alianzas público privadas, porque en la transición de la economía lineal a la circular hay muchas oportunidades -empresariales, de empleo, etc.-, pero también requiere un aumento de la inversión importante. Pero esta colaboración no debe ser solo para financiar las inversiones, porque no faltan solo infraestructuras, también conocimiento, trabajadores con experiencia, etc., y para eso es imprescindible la colaboración de todos los actores involucrados.La economía circular requiere una entente entre tres grandes pilares: la Administración, que es la que dibuja las reglas del juego; las empresas, que son las que ponen los medios para su desarrollo; y la comunidad, que debe premiar los modelos de economía circular.¿Con qué empresas colaboran en la Comisión? Con Suez, como líder de la Comisión, y también Repsol, Naturgy, Grupo Fuertes, Freixenet, ACS, Seat, Melia, Riu, Iberdrola, EDP, etc. Grandes empresas que tienen en común el hecho de contar con proyectos de economía circular. Nos dan experiencias que ahora queremos compartir y promover entre las pymes.¿Qué papel juegan las nuevas tecnologías en este proceso?La tecnología juega un papel clave para poner en común bases de datos que permitan desarrollar la economía circular. Se necesita tecnología de tratamiento, se necesita tecnología para reintroducir el material. Y necesitamos trabajar en el ecodiseño. Hasta ahora, lo que hemos hecho muy bien en la economía lineal es extraer el producto, utilizarlo aplicando la tecnología para ser más competitivos y sin tener en cuenta externalidades negativas como puede ser el agotamiento de los recursos, y tras agotar su vida útil lo depositamos en el vertedero. Todo el valor añadido que hay en el producto, sobre todo en los materiales, lo perdemos.