Rafael Juan, CEO de Vicky Foods, recibe a elEconomista una calurosa mañana de julio en sus instalaciones de Gandía, donde ya luce por todas partes -salvo algún resquicio- la nueva identidad corporativa de la compañía. El dirigente relata que el giro identitario da respuesta a lo que es ahora la compañía: un grupo multimarca, ya no solo el productor de bollería Dulcesol. Su objetivo es seguir creciendo, en particular, en los productos saludables y en los congelados, y hacerlo con los gigantes China y EEUU en la mirilla, mercados donde "en absoluto" descarta invertir en fábricas para producir in situ sus referencias.¿A qué responde el cambio de la matriz del grupo?El cambio responde a un escenario radicalmente nuevo en el sector de la alimentación. Pensando en esta transformación que estamos viviendo en el sector hemos decidido desarrollar una nueva identidad corporativa que represente realmente lo que somos hoy, que es un grupo multimarca y multicategoría. En este momento tenemos más de 300 productos y lo que pretendemos con el cambio es adaptarnos a las nuevas tendencias y necesidades, que nos piden productos cada vez más saludables e innovadores, po-niendo el foco en la salud de los consumidores.Hablan de potenciar la presencia de la compañía en EEUU y China. ¿Qué planes tienen exactamente para estos grandes mercados?Son mercados muy importantes, con muchos millones de consumidores, y ponemos el foco en ellos por el potencial que ofrecen. Ya llevamos muchos años trabajando nuestra internacionalización, y pensamos que debemos ampliar nuestra presencia internacional poniendo el foco donde tenemos un mercado potencial, en este caso en China y EEUU. En el caso de nuestras nuevas categorías, como los productos BePlus, contamos con nuevas gamas de más valor añadido y más conservación que nos permiten abordar estos mercados con más probabilidad de éxito.Dulcesol ya tiene presencia en EEUU.Sí, llevamos muchos años. Pero tenemos el problema de que la bollería o el pan viajan mal, son productos voluminosos, de poca caducidad. Nuestra presencia allí es exigua, ventas esporádicas que hacemos con intermediarios con productos de mucha caducidad, que no tienen un consumo muy grande. Se trata por ejemplo de palmeritas, de pan tostado, que para nosotros son productos minoritarios. Para llegar a China y EEUU hay que ir con productos de mayor caducidad y valor añadido.¿Qué productos concretos quieren vender en China y EEUU?En China estamos introduciendo la gama BePlus de smoothies de fruta, cremas de verduras, tarritos de alimentación infantil... Allí la alimentación española tiene mucha reputación, sobre todo cuando hablamos de edades en las que la alimentación es un tema más sensible. La alimentación infantil, que exige un plus de garantía y calidad, es un campo en el que la alimentación española tiene muy buena reputación, y con estas categorías en las que decidimos entrar hace cinco o seis años pensamos que podemos tener mayor posibilidad de éxito. Por su parte, en EEUU hay un gran consumo de bollería y de pan, entonces allí también tenemos puesto el foco en los productos de bollería que fabricamos, aunque nuestros nuevos desarrollos también pueden tener cabida.¿Contemplan crear fábricas en China o Estados Unidos para producir directamente allí?Bueno. Tenemos una planta de producción en Argelia que inauguramos en 2015 y nos ha ido muy bien. No descartamos hacerlo si en algún país consideramos que nos hace falta para poder penetrar y consideramos que nuestra estrategia pasa por estar allí. Lógicamente se trata de una inversión elevada, y los recursos que tenemos son los que son. Pero no lo descartamos en absoluto. Ahora mismo no tenemos ningún proyecto industrial iniciado. Sí es cierto que estamos estudiando alguna opción, pero en este momento no tenemos ninguno iniciado.