La innovación ya está presente en el sector de la construcción, aunque aún tiene un largo recorrido por caminar. Fernando González Cuervo, socio responsable de Construcción e Infraestructuras en EY para EMEIA, observa con optimismo los avances que la industria está experimentando, pero considera que es necesaria una mayor conexión entre las distintas medidas que se implementan en las empresas y una mejor gestión del talento que permita proyectar las bondades de las innovaciones a toda la organización. ¿Hacia dónde se dirige el sector de las infraestructuras en materia de innovación?Donde más avances se están produciendo es en el ámbito de la sensorización. Ya hay determinadas startups que han conseguido dar con iniciativas muy útiles para las constructoras, aunque todavía les falta la capacidad de interconexión entre las distintas soluciones. Existen innovaciones tremendamente eficaces. Un ejemplo es la monitorización, a través de sensores, del funcionamiento de las grúas en una obra, lo que permite extraer informes y las eficiencias y deficiencias de su uso. Ahora bien, hay muchísimos procesos más y la tendencia es que las innovaciones se focalizan en elementos muy concretos. Falta ahora vincularlas y tomar ventaja de todas ellas.¿Qué más retos están afrontando?También están focalizadas en maquinaria en dos sentidos. Por un lado está la maquinaria conectada, que genera importantes ahorros de tiempo y, por otro, las máquinas avanzadas que ejecutan trabajos hasta ahora inimaginables. En Emiratos Árabes, por ejemplo, ya se puede construir una casa de hormigón con una impresora 3D en solo 36 horas. También en materiales hay mucha innovación, especialmente las grandes cementeras.¿Cómo están atacando el reto de la innovación las constructoras?A nivel global lo que están empezando a hacer es generar una especie de incubadoras de startups. Están creando compañías anexas que básicamente se dedican a monitorizar y estudiar todas las startups que surgen con tecnologías interesantes para incorporarlas a la industria. Son las encargadas de conseguir el cambio en las organizaciones. Siempre hay personas más preparadas para las transformaciones y son esos los perfiles que más se están demandando en esta industria y en casi todas. Necesitan precursores que con sus proyectos puedan mostrar las bondades al resto de la organización. Si dentro de la empresa no hay experiencias que lo avalen, existe el riesgo del rechazo por la aversión al cambio. La comunicación, por tanto, es un reto fundamental. Algunas compañías están generando bancos de conocimiento y sesiones en las que ponen en común las mejoras derivadas de innovaciones en un proyecto para que toda la organización lo aproveche. La gestión del talento es una tarea en la que deben avanzar. ¿Cuáles son las mayores dificultades en el desarrollo innovador de las constructoras?El peligro es el exceso de información. Las empresas recogen cantidades ingentes de datos, pero si no son capaces de sacar unos indicadores que sirvan para mejorar no valen para nada. El error, que viene de lejos, es pensar que con digitalizar está todo hecho. Y la clave no es digitalizar, sino saber qué digitalizar. Tener información por tenerla está muy bien para presentar gráficos, pero si después no se trabaja con ella no aporta nada.¿Invierten lo suficiente las constructoras en innovación?A una escala muy inferior a la de otras industrias. El importe que destinan en Europa y EEUU roza el 1 por ciento de su facturación de media. ¿Es suficiente? ¿Qué porcentaje sería el adecuado?Depende hacia dónde quieran ir. Las industrias pioneras en innovación llegan en algunos casos al 6 por ciento. Las constructoras chinas están invirtiendo entre dos y cuatro veces más que las europeas y las americanas. ¿Qué efecto puede tener a la larga estas diferencias?Dependerá del interés de salir fuera de China, porque su demanda interna es tan sumamente grande que las constructoras chinas están saliendo, pero no tanto para conseguir un proyecto concreto o cifra de negocio, sino porque les interesa estratégicamente tener acceso a países con materias primas. No hay que olvidar que en China cada año se construye una ciudad prácticamente como Chicago. Eso sí, si las constructoras europeas no ponen el foco en la innovación llegará un momento en que enfrenten graves riesgos al competir con las empresas chinas al entrar en un determinado mercado o si no tienen una tecnología diferencial. ¿Qué impacto puede tener la apuesta por la innovación en la cuenta de resultados de las constructoras?No es fácil de conocerlo. Esa es de hecho la demanda de las empresas y es uno de los grandes pecados que explican por qué esta industria no ha avanzado tan rápido en innovación y digitalización. Por esta razón, muchos consejeros delegados no toman esa decisión definitiva para apostar por ello. Con todo, las empresas destinan el 1 por ciento de sus ingresos.Que tiene retorno es obvio, porque consiguen ahorrar tiempo, consumos de materiales, discusiones con los clientes... Tienen la certeza de que sirve, pero no está cuantificada la mejora en los márgenes. En todo caso, ese 1 por ciento hay que ponerlo en contexto, porque los márgenes en construcción son, en muchos casos, de entre el 3 por ciento y el 5 por ciento.