elEconomista celebró ayer una jornada empresarial sobre La calidad del aceite, el oro líquido, en la que todos los expertos congregados han señalado la necesidad de que exista un marco jurídico seguro y estable en el sector, que se traducirá en un incremento de la calidad del producto. En este sentido, todos los expertos que han participado en este evento han coincidido en la importancia de hacer evolucionar los sistemas de control de los paneles de cata, a los que consideran demasiado "subjetivos y variables". La jornada empresarial ha contado con el patrocinio de Dcoop y de las cajas rurales de Jaén, del Sur, de Granada, de Extremadura y Globalcaja. Las primeras palabras vinieron de la mano de Alberto Marcilla López, director de Banca Rural de Globalcaja, que explicó que "nos sentimos casi una empresa auxiliar del sistema agrario, no solo financiamos a los agricultores y a las cooperativas, sino que nos obsesiona el estar cerca de ellos, compartir ese camino juntos y prestar servicios para conseguir esa promoción de los productos, avanzar en la internacionalización de las cooperativas y en impulsar el uso de tecnología en el sector". Tras la apertura institucional del responsable del International Olive Council (COI, por sus siglas en español), los expertos congregados debatieron en una mesa conducida por Rafael Daniel, director de la revista digital elEconomista Agro. Fue entonces cuando los expertos pusieron en valor la calidad del aceite español y en su evolución en los últimos años, pero también fueron críticos sobre cómo debe mejorar el sector de cara a seguir manteniendo el liderazgo mundial. Para Antonio Luque, presidente de Dcoop, "la evolución que ha tenido la calidad del aceite de oliva español es increíble, lo que se producía hace 40 años en comparación con lo de hoy, no tiene nada que ver". Así, según apuntó el presidente de la Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles (Anierac), Gonzalo Guillén Benjumea, "cada vez hay más producción, pero también cada vez hay más calidad". Sin embargo, el presidente de esta asociación destacó que "no somos capaces de ver lo que hemos mejorado en los últimos 20 años. No valoramos que somos líderes en producción, sino también en calidad".Los controles de calidadNo obstante, uno de los puntos más criticados durante este debate fue el de los paneles de cata (ver apoyo), ya que los expertos consideran que se ha convertido en una herramienta negativa en el control de calidad de este producto y que causa la inseguridad jurídica que denuncia el sector. "Ahora tenemos las mejores almazaras, los mejores productores, pero tenemos que tener seguridad jurídica, que los paneles de cata no se usen como un freno a la mejora del sector y distorsionen la imagen de la calidad", explicó Luque durante una de sus intervenciones.En esta misma línea, el directivo de Anierac apuntó a que "hay otros métodos para controlar la pureza, la autenticidad. No queremos quitar el panel de cata, pero queremos que no genere inseguridad jurídica. Hay estudios en los que varían los resultados un 30 por ciento en España, pero a nivel internacional pueden llegar a cambiar un 50 por ciento". El presidente de Dcoop también reveló una de las líneas en las que están trabajando en este sentido, que pasa por crear un sistema de autocontrol y mejora de la calidad del producto. "Las empresas que estén dispuestas podrán someterse a estos controles, más estrictos que los oficiales de tal forma que hagamos una cata previa para salir al mercado con cierta seguridad. Si conseguimos un trabajo de este tipo, podremos mejorar muchísimo la comercialización, no solo para España, también para todo el mundo", argumentó Luque. Pedro Barato, presidente de la Interprofesional del Aceite de Oliva Español , también se mostró partidario de modificar el sistema actual de paneles de cata. "Cuando el sector pide cambios y que tengamos normas del siglo XXI, tendremos que atenderlo. Creo en el panel de catas, no tengo nada en contra, pero creo que no debe ser tan vinculante como es. El panel ha tenido su vida, pero debe evolucionar", añade Barato.Uno de los ejemplos sobre la inseguridad que generan estos métodos de control lo dio el presidente de Anierac, que explicó que "una cosa es limitar la vida útil del producto porque todos sabemos que con el tiempo el aceite evoluciona para mal. Sin embargo, nosotros estamos bajando el tiempo a nueve meses, pero es por temor, por miedo a que se nos critique algo que hacemos bien. Esto choca con que en mayo la Comisión Europea lanzó un mandato a todos los países para evitar el desperdicio alimentario para aumentar las fechas de caducidad. Nuestra medida va en contra de lo que dice el sistema común, el aceite no caduca, te puede perder un poco de aroma, pero el consumidor sabe que no caduca. Realmente tenemos que ser activos y decir a la Administración que nos defienda de verdad". "El panel de cata es bueno pero hay que mejorar la forma en que se aplica. Nosotros no enviamos ni un litro de aceite a envasar si antes no lo han validado dos paneles oficiales y, aún así, tienes dudas", añade.Marca EspañaA continuación, Barato destacó la importancia de creer en el liderazgo de España en esta industria de cara a ser capaces de venderlo mejor fuera de nuestras fronteras. También, puso en valor todos los esfuerzos que se están realizando desde el sector para ganar peso a nivel mundial. "Estamos haciendo una serie de cosas muy importantes. La palabra I+D+i no la hacemos en los discursos, la hacemos en todos los ámbitos... En los campos, en los olivares más rentables, en la investigación...", explicó Barato."En 1996, España era un mero productor que vendía a granel y ahora es líder en calidad y producto. Somos punta de lanza, claves en el mercado. Por eso tenemos que ser líderes en opinión, ser los que mandamos en el mercado", continuó Wenceslao Moreda, científico titular del CSIC, responsable del grupo de Calidad y Pureza del Aceite de Oliva. El problema de los preciosOtra de las cuestiones destacadas que se trataron durante este debate fue los bajos precios que están recibiendo los productores, para lo que los expertos apuntaron a la necesidad de que haya una libertad que permita cuajar la oferta y la demanda. En palabras de Juan Vilar, analista oléico internacional de Cajas Rurales, "los precios que va a haber en los próximos años no van a ser iguales. Es fundamental por eso adecuar la oferta a la demanda, desplanzando mediante la producción la demanda hacia arriba y así todos los olivares pueden vivir. Así conseguiremos también un liderazgo en costes. El consumo de aceite de oliva a nivel mundial se va a incrementar aproximadamente entre un 8 y un 10 por ciento, llegando a superar los tres millones de toneladas en los próximos meses".El presidente de Dcoop, por su parte, argumentó que "el precio varía entre el 1,5 euros/kilo a 4,5 euros/kilo. Si alguien piensa que el precio va a estar en torno a los 4 euros, se pondría a poner olivares en toda la Península Ibérica, Marruecos, Estados Unidos...". "Eso es imposible, que empiece a hacer números y mire la cantidad de hectáreas que quedan por poner olivos. Hay que poner un nivel de precios, que siempre se pueda acortar en función de que las hectáreas tengan un par de años buenos de climatología", añadía Luque. "Además, si nosotros queremos tener en el futuro un aceite que valga 5 euros y otro que valga 15 euros, así no lo vamos a conseguir, lo estamos homogeneizando. Si al final todo el mundo se homogeiniza a través de un nivel, es complicado que la marca pueda valorizar su producto", concluye el presidente de Dcoop. Al hilo de esto, Barato apuntó a que "en el tema de precios hay que ser prudente y definir si queremos mercado de cantidad o de determinadas marcas. Debemos tener claro qué camino queremos coger". También, el presidente de la Interprofesional destacó que "el olivar que se está poniendo ahora es a riñón puro y duro del agricultor, no tiene ningún tipo de ayuda".