La Comisión Europea autorizó ayer con condiciones a Vodafone a adquirir el negocio del cable de la británica Liberty Global en Alemania, Chequia, Hungría y Rumanía. El visto bueno está condicionado a que Vodafone respete plenamente las concesiones que ha prometido hacer para disipar las dudas del Ejecutivo comunitario sobre la fusión por su temor a que limitara la competencia y redujera la oferta para el público, entre ellas que dé acceso a Telefónica a la red de cable ampliada tras la fusión en Alemania. Ello permitiría a la empresa española, que ha sido elegida por la propia Vodafone, ofrecer servicios de banda ancha fijos, garantizando una mayor competencia en el mercado alemán, así como servicios de televisión por cable. Según valoró Telefónica la pasada primavera, este acuerdo "permitirá a Telefónica Deutschland ampliar significativamente su oferta de servicios fijos y proporcionar a 24 millones de hogares Internet de alta velocidad". También "complementa otros acuerdos de cooperación que Telefónica Deutschland ya tiene en el ámbito del acceso a redes fijas". Margrethe Vestager, comisaria de Competencia, anunció la aprobación de la compra "sujeta a los remedios diseñados para garantizar que los clientes seguirán disfrutando de unos precios justos, servicios de alta calidad y productores innovadores". También recordó que en las sociedades actuales "los servicios de televisión y de banda ancha de calidad y asequibles son tan demandados casi como el agua corriente".