Empresas Centenarias
Innovación e I+D posiciona a Gullón como referente galletero
- La compañía fundada en 1892 ha experimentado un crecimiento exponencial
- En 1997 y 1999 Gullón se convirtió en la primera galletera española
Javier Villanueva
El constante esfuerzo innovador y una estrategia orientada a la I+D han mantenido a Gullón como referente galletero español y líder dentro del segmento galleta-salud. La compañía se ha convertido en una de las primeras galleteras de Europa y de las principales empresas de alimentación de España. Desde su fundación en 1892 ha experimentado un crecimiento exponencial.
En la actualidad, la compañía factura más de 300 millones de euros anuales, exporta a más de 110 países de los cinco continentes y cuenta con un abanico de productos que comprende desde las tradicionales galletas para el desayuno como la María y la Tostada, hasta una completa gama de galletas sanas: integrales, con fibra, bajas en calorías, ecológicas, sin colesterol, pasando por las bañadas en chocolate, wafers, sandwich, cookies, etc.
Gullón cuenta con dos plantas de producción (Gullón II y Vida), que albergan la más moderna tecnología de fabricación de galletas del continente. La exportación se ha convertido en parte indispensable del negocio, ya que en la última década ha desarrollado una importante política de internacionalización y tiene presencia en los principales mercados del mundo. La empresa fabrica una amplia gama de productos, de desayuno, vida sana, chocolate, salados o galletas infantiles, entre otros; y exporta más de 200 referencias a los más de 110 países de todo el mundo en los que está presente.
No en vano, pasa por ser considerada como la industria galletera con una mayor diversidad de productos y ha fortalecido su liderazgo en el segmento de la galleta-salud. La ampliación constante de las instalaciones, la creación de nuevas líneas de producción con la maquinaria más moderna y la tecnología más avanzada o la aplicación de la I+D al diseño de nuevos productos, con inversiones que rondan el 2% de su facturación, son el resultado de constantes inyecciones de capital que van alimentando el crecimiento de la galletera.
Líder en I+D dentro del sector galletero, lideró el proyecto Cenit-Higea, entre el 2007 y el 2011, orientado a la prevención de enfermedades crónicas no transmisibles (diabetes, obesidad y enfermedades cardiovasculares) desde el marco de colaboración de empresas del sector agroalimentario. Un proyecto que contaba con la participación de 14 empresas nacionales, con gran experiencia en I+D y relacionadas con la alimentación saludable, y 7 organismos de investigación de referencia a nivel nacional e internacional.
Los inicios
La empresa fue fundada en 1892 por Manuel Gullón, un hombre inquieto, imaginativo y de carácter emprendedor, que introdujo en nuestro país -junto con un pequeño puñado de empresarios de la zona- un producto desconocido en aquella época para la sociedad española. Se trataba de las galletas, que habían sido creadas a principios del siglo XIX en Inglaterra.
Galletas Gullón supo mantenerse y crecer a lo largo de los años, atravesando épocas de gran escasez, como la Guerra Civil española, en las que lograría mantener sus niveles de producción y asegurar un abastecimiento ininterrumpido de harina, debido, en gran parte, a su situación estratégica en una de las zonas de mayor producción de trigo nacional.
A partir de los años 50 comenzaría en Gullón un proceso de diversificación sobre sus productos tradicionales, con el lanzamiento al mercado de las galletas María y Tostadas Doradas, denominadas así por el baño de aceite que le confería ese particular aspecto. Asimismo, de aquella época data también la fabricación de barquillos y rosquillas bañadas en chocolate, así como la elaboración de pastas.
Tras un continuado esfuerzo inversor y de renovación tecnológica, Gullón dio un giro en su política comercial al crear en 1979 la primera galleta integral del mercado español. Y en 1986, la primera galleta con aceites vegetales, lo que dio lugar a la creación de un segmento hasta entonces inexistente en España: el de la galleta-salud, que la compañía lidera actualmente en nuestro país. Este hito le ha hecho merecedor de varios reconocimientos y galardones a lo largo de su trayectoria.
Desde entonces, Galletas Gullón se ha distinguido por una continua renovación, que le ha llevado a elaborar una amplia gama de productos y le ha permitido mantenerse en la vanguardia del sector, colaborando con universidades y diversos centros de Investigación.
Certificados de calidad
En los años 1997 y 1999 Gullón se convirtió en la primera galletera española en obtener de Aenor las certificaciones de Gestión de Calidad y Medioambiente conforme a las exigencias de la norma ISO 9002 y 14001, respectivamente. Y su carácter exportador le hizo crear a principios de 2000 su primera filial en Portugal, Bolachas Gullón. Ese mismo año también lanzó al mercado la primera galleta hipocalórica del mercado: la Ligera Sin Sal y Sin Azúcar.
Los años posteriores destacaron por la gran variedad de productos creados por la empresa debido a la labor de los departamentos de I+D+i y de Nuevos Productos, a través de una importante inversión en proyectos de investigación y desarrollo, tanto referidos al propio proceso de fabricación como al desarrollo de nuevos productos.
En este sentido, en 2002 lanzó la 'Línea Diet Nature Sin Azúcar', productos aptos para diabéticos en los que no se utiliza lactosa, ni fructosa, ni sacarosa. Y en 2003 inauguró la factoría Gullón II en Aguilar de Campoo, la más grande y automatizada de Europa, con más de 100.000 metros cuadrados de superficie y un almacén de 18.000 metros con capacidad para 27.000 palets.
Su amplia trayectoria en Investigación y Desarrollo hizo que en 2007 Gullón liderara el proyecto de Investigación nacional Ceanit-Higea, orientado a la prevención de enfermedades crónicas no transmisibles (diabetes, obesidad y enfermedades cardiovasculares), colaborando con empresas del sector agroalimentario y varios organismos de investigación de referencia a nivel nacional e internacional. En marzo de 2012 Gullón comenzó la actividad de su nueva filial italiana, Biscotti Gullón, y a la vez dió comienzo a la actividad de su tercera factoría, Vida, Vértice de Innovación y Desarrollo de Alimentos, también en Aguilar de Campoo, que fabricará productos derivados del cereal, destinados principalmente a los mercados exteriores.
Con todo, Gullón ha sentado las bases para mantener su posición de liderato en el sector. Sus inversiones en capital técnico y humano la convierten en una empresa moderna, en consonancia con el siglo XXI. Además, su compromiso con la comarca de Aguilar de Campoo se mantiene inalterable como prueban las nuevas instalaciones y los proyectos en los que participa.
Los esfuerzos en innovación se han concretado en un significativo incremento del gasto derivado a Investigación y Desarrollo, que pasó del 1,13% en 1997 hasta una cifra que ronda actualmente el 2%. Desde que en los años ochenta ampliara su línea de productos con nuevas especialidades, la inversión de Gullón en investigación y desarrollo ha aumentado progresivamente para hacer frente a las demandas de todo tipo de consumidores.
Calidad y seguridad
Desde su fundación, la preocupación por la calidad y la seguridad alimentaria ha sido prioritaria en el desarrollo de cualquier actividad del Grupo Gullón. Además, la organización se ha comprometido con la protección del medio ambiente, los recursos naturales y con la seguridad y salud de sus empleados y vecinos.
En esta línea, Gullón ha renovado la máxima puntuación dentro de las auditorías para lograr las certificaciones IFS y BRC, sellos de calidad que garantizan los máximos niveles de la seguridad alimentaria de los procesos de producción, productos y servicios de la compañía.
Las certificaciones IFS y BRC son indispensables para continuar desarrollando el nivel de exportaciones de la galletera, que durante el último año alcanzaron el 35% del total de su facturación. En concreto, la certificación BRC es fundamental para la exportación en el mercado anglosajón, mientras que la certificación IFS es necesaria para el mercado francés y alemán.
Ambos sellos fueron renovados en 2016 a través de auditorías en las factorías de la galletera, logrando la máxima nota en ambos certificados, con una nivel AA en el caso de la certificación BRC y un Higher Level en el caso de IFS, asegurando de este modo el estricto cumplimiento de la legislación y reglamentación vigente aplicable, además de los más elevados estándares de calidad y seguridad alimentaria.
Recientemente, Gullón también ha superado la auditoria de Aenor para la renovación de las normas ISO 9001:2008 e ISO 14001:2004, certificaciones que acreditan el correcto funcionamiento de los sistemas de gestión de calidad y ambiental.