Emprendedores-Pymes

El elevado ritmo de trabajo y la tensión debilitan a la empresa

  • Muchas compañías sufren falta de compromiso y cansancio por la crisis

Sandra Tobar

Las compañías, al igual que los seres humanos, padecen enfermedades. De hecho, la salud de las organizaciones españolas se ve debilitada por diversas cuestiones, siendo el estrés, la más grave de todas ellas. Esta es la principal conclusión del estudio Estado de salud de las empresas española 2015, elaborado por Tatum, con la participación de la Fundación Bancaria la Caixa e IE University. El informe extrapola 15 patologías del ámbito sanitario al ecosistema empresarial.

De esta forma, el estrés -con una puntuación de 6 puntos sobre 10- genera ritmos asfixiantes y empleados que trabajan en constante tensión. Tras este aspecto, la miopía -que hace referencia a la falta de capacidad para reconocer los cambios en el mercado con antelación- y la hemiplejia o resistencia al cambio son otros de los 15 aspectos que más afectan al rendimiento de las compañías.

Otro de los elementos que más padecen las plantillas es la anemia. "Aunque parezca que las empresas están bien, por dentro los equipos están débiles, debido, en la mayoría de los casos, a la disminución del compromiso, el cansancio y la desconfianza derivados de los tiempos de crisis", explica Eugenio de Andrés, consejero delegado de Tatum.

Por el contrario, las patologías más leves son la impotencia o falta de voluntad -con 4,8 puntos- y el asma, entendido como el agotamiento financiero, -con 4,7 puntos. Asimismo, y en comparación con el anterior estudio realizado en 2008, la anorexia -que provoca reestructuraciones- afecta menos que antes de la crisis.

Por sectores, la banca y los seguros disfrutan de mejores niveles de salud empresarial. También existen diferencias en cuanto al tamaño de los negocios. Así, las que cuentan con una media de entre 101 y 250 empleados son las que mejores niveles registran.

Ligera mejora

"Creo que la situación es mejor que la que teníamos antes de la crisis", indica De Andrés, sin embargo, apunta que se debe a que muchas empresas han desaparecido. Por ello, entre los aspectos a mejorar destaca una mejor escucha hacia los empleados. "Es cierto que ha progresado la sordera, pero las organizaciones han sido torpes gestionando la comunicación, tanto interna como externa".