Emprendedores-Pymes
La industria hoy se subcontrata
- La nueva regulación energética penaliza la subcontratación en España
La subcontratación es un fenómeno en auge en España, que ya va mucho más allá del ámbito tradicional de la industria y se ha extendido a todo el ámbito tecnológico y de servicios. Se puede decir que la economía española se ha decantado hacia el modelo productivo americano, en el que las grandes cabeceras empresariales prefieren centrarse en su verdadero core de negocio y las pequeñas y medianas empresas ven en esta externalización la forma de no cargarse de gastos fijos que puedan penalizar su crecimiento o incluso su supervivencia.
Este proceso no es ajeno al sector público que cada vez más contrata a empresas privadas funciones consideradas servicios públicos -transportes, gestión de residuos, limpieza viaria, seguridad de edificios, etc.-.
En el lado opuesto, muchas son las compañías que encuentran su vía de supervivencia trabajando como subcontratistas para otras.
Para este mismo fenómeno tenemos varios términos. Si nos referimos a la industria vinculada al metal, caucho o plástico, se le llama subcontratación; si nos referimos al sector servicios relacionado con recursos humanos se le suele llamar externalización; si hablamos de la actividad de servicios tecnológicos el término es outsourcing. Si quien saca fuera estos servicios son las Administraciones Públicas hablamos de privatización.
Existen pocos datos de lo que supone la subcontratación en España, únicamente hay ciertas referencias respecto a la subcontratación industrial que supone el 10% del PIB español, tasa que se incrementa hasta el 20% del PIB en País Vasco, Navarra o Cataluña.
Perspectivas dispares
La evolución económica de la subcontratación es similar a la de la economía española. Los sectores más internacionalizados, como automoción o aeronáutica, remontan la crisis, mientras que la construcción naval -uno de los más subcontratistas- tiene un presente bastante complicado. También el energético, desde el punto de vista de infraestructuras, que no pasa por sus mejores momentos.
Empresas como Gas Natural Fenosa reconocen que han rebajado la subcontratación en España. El problema del déficit de tarifa y la exigencia del Gobierno de que sean las eléctricas quienes lo asuman merma la rentabilidad del negocio en España y, en consecuencia, estas grandes empresas invierten menos. "El problema es que si esta situación se prolonga, desaparecerá un tejido empresarial especializado en construcción e instalación de infraestructuras que luego será muy difícil de recuperar", señalan fuentes del sector. Por el contrario, en Latinoamérica las eléctricas siguen invirtiendo y necesitan desarrollar un tejido de empresas para subcontratar que ahora no existe. En algunos casos, la propia compañía intenta que las subcontratistas españolas crucen el Atlántico, pero en la mayoría de casos se opta por ayudar al desarrollo de empresas autóctonas.
La remontada del sector aeronáutico es una de las grandes esperanzas de la economía andaluza. Esta comunidad autónoma tiene una potente industria subcontratista en que sólo el proyecto del avión de transporte militar A400M de Airbus, que se ensambla en Sevilla y cuya cadencia de entregas comenzará a incrementarse en 2015, ha dejado ya carga de trabajo valorada en 130 millones. Según datos de la asociación sectorial cluster Hélice, los próximos 20 años el volumen de subcontratación estimado alcanzará los 4.400 millones. Dos tercios de las 120 empresas que conforman el tejido aeronáutico andaluz se verán beneficiadas por ello. Además, el sector está captando cada vez más volumen de carga de trabajo subcontratada de otros grandes constructores como Bombardier, Boeing o Embraer: la facturación a empresas distintas de Airbus pasó de 285 millones en 2011 a 340 millones en 2012 -último dato disponible-.
Reorientación de negocio
En la Comunidad Valenciana, y muy especialmente en la provincia de Alicante, existe un sector de la subcontratación que está sorteando la crisis precisamente porque nació en otra época de crisis. Cuando la competencia del juguete chino hundió la industria alicantina, numerosas pymes del denominado Valle del juguete se reconvirtieron para fabricar componentes metal-mecánicos y plásticos de todo tipo de industria, entre ellas la automovilística. En Ibi, capital del juguete, los empresarios pusieron en marcha ibilonjavirtual.com, una lonja virtual de subcontratación donde cualquier empresa puede buscar un fabricante especializado. Algo parecido ocurrió con la industria del calzado un poco más al sur, donde por un lado están las grandes firmas que sólo diseñan y venden y, al lado, grandes industrias de calzado que fabrican para varias de esas marcas de gama alta y que han conseguido resistir la competencia del proveedor chino gracias a la gran calidad de sus materiales y de sus acabados.
Por su parte, en Aragón, hace diez años, se creo en el sector textil la plataforma AragónSubcontracting, por iniciativa de la Federación de Industrias Textiles y de la Confección de Aragón (Fitca), con el fin de que se mantuviera una relación directa con clientes, marcas, productores, industriales y talleres productivos. En esta plataforma, que cuenta con más de 2.300 clientes y que concentra a más de 300 empresas, "están entrando continuamente ofertas de producción para talleres que pueden fabricar marca blanca o bien se demandan muestrarios, colecciones o para hacer un producto diferenciado", explica Bartolomé Arranz, de Fitca.
El volumen en AragónSubcontracting, a través de la que se canalizan entre 200 y 250 solicitudes de producción al año, ha ido creciendo progresivamente y también se nota que con la crisis hay más movimiento por el "retorno de terceros países a España y la zona del Mediterráneo" de estos trabajos que se venían realizando en otros estados como China. Sin embargo, no siempre es fácil la subcontratación en este sector porque "muchas veces vienen con precios de China, pero para un producto fabricado en España". La subcontratación, además, en este sector, se produce también a nivel internacional con "diferentes clientes de Bélgica, Francia o Inglaterra para producir en diferentes talleres y se está proyectando hacia otros países como Rusia o Polonia. No es difícil la subcontratación internacionalmente porque este sector siempre ha sido ágil y se ha movido a nivel internacional".
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Información elaborada por C. Larrakoetxea, R. Lodeiro, E. Sereno, R. Daniel, J. Alfonso, C. Piza, M. Corchón, J. Sacristán, E. Porta.