'Copas de bolsillo', la última novedad en el sector de las bebidas espirituosas
- Las bolsas monodosis de alcohol de Avatar Blue se venden por menos de un euro
- El emprendedor Manuel Puig ya ha vendido 700.000 unidades
- La idea se le ocurrió viajando por África, donde es un formato habitual
La idea se le ocurrió viajando por países de África y Asia. Allí, las bolsitas monodosis de bebidas alcohólicas son algo habitual, "aunque de peor calidad", matiza Manuel Puig, consejero delegado de BS Mesena Consultores, especialista en venta a distancia de bebidas alcohólicas.
Puig es el cerebro que está detrás de Avatar Blue, marca que vende lo que podrían llamarse copas de bolsillo. Un producto que viene a ser el equivalente a la clásica mini botellita de licor, con la diferencia de que las bolsitas de Avatar Blue se venden por menos de un euro y las botellitas rígidas, por más de dos.
Avatar Blue lleva 700.000 unidades vendidas y acaba de estrenarse en los lineales de 75 centros Carrefour de toda España, donde un pack de 10 bolsitas (cada una de ellas de cinco centilitros, el equivalente a una copa) se vende por 8,9 euros.
Puig explica cómo funciona el negocio: "Es muy simple. Compro el alcohol a primeros fabricantes; luego, por otro lado, unos proveedores me diseñan el envase, que viene en unas bobinas. Yo aporto las máquinas, que están ubicadas en una planta en Ciudad Real, que dan forma a los envases y los rellenan". De esa planta salen, además de los pedidos para las superficies de Carrefour, los que realizan los clientes de su web (www.avatar-blue.com) y los pequeños distribuidores con los que están asociados.
Respecto a sus proveedores, Manuel Puig explica que los de ginebra y vodka son españoles, mientras que el whisky, por ejemplo, es de origen escocés.
Su público es en gran parte, jóvenes, "pero no sólo ellos: hay abogados de grandes bufetes que me compran Avatar Blue para tomarse una copa con sus compañeros al acabar de trabajar, por ejemplo". ¿Cómo consigue vender a precios tan ajustados? La clave está en los costes de producción. Sus envases son extremadamente sencillos, no tienen tapón ni etiqueta y, además, ha ido fabricando a medida que le llegaban los pedidos. Puig explica que ha invertido unos 400.000 euros, que la empresa está en beneficios y que en enero empezará a buscar inversores para crecer.
Objetivos: Rusia y Brasil
Este emprendedor -aunque no le guste esa palabra- explica que su gran salto será a Rusia: acaba de firmar un acuerdo para vender diez millones de unidades monodosis en dicho mercado. Entrará en él a través de cinco distribuidoras de la zona de Moscú.
Su próximo objetivo será Brasil, donde, al contrario que en Rusia, no fabricará, sino que aportará las máquinas y los envases a una compañía brasileña, que comprará el alcohol. El motivo: los aranceles que tendría que soportar si vendiese allí un producto acabado. Y en México, otro de sus grandes objetivos, el sistema será el mismo.