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AUARA, el proyecto social de tres emprendedores para llevar agua a los lugares con pobreza extrema


    elEconomista.es

    Tres jóvenes emprendedores españoles, con experiencia en ONG's, decidieron en 2015 lanzar AUARA, una empresa social cuyo objetivo es desarrollar proyectos sociales vinculados relacionados con el agua en lugares que sufren la pobreza extrema.

    Para ello, la compañía venderá botellas de agua en España, proveniente del manantial Los Barrancos (León). "Su extracción se controla de forma estricta, comprobando la reposición natural de agua para evitar el agotamiento de los recursos naturales", explican desde AUARA.

    El diseño de la botella, además, ha tenido en consideración la búsqueda de la eficiencia del cubicaje para optimizar el transporte. El resultado es hasta un 20% más de botellas por palet que un formato tradicional. Además, tampoco exporatarán para no aumentar su huella medioambiental.

    "Acto extraordinario"

    "Queremos convertir un acto cotidiano, como beber agua, en un acto extraordinario", insisten. La empresa destina el 100% de los dividendos que genera a proyectos sociales que tienen el agua como base en lugares que sufren la pobreza extrema. Además, como empresa social posee muchos otros valores esenciales de responsabilidad, no sólo social, sino también medioambiental.

    AUARA colabora con una selección de socios locales presentes en los lugares seleccionados realizando un seguimiento de los proyectos impulsados. Un seguimiento que el consumidor final podrá seguir a través de su web, sus redes sociales, y a través de sus botellas.

    Los proyectos ejecutados por Auara serán de tres tipos: acceso a agua potable, saneamiento y agricultura. Todos ellos con el agua como base e intentando paliar necesidades básicas. Su forma de operar será siempre a través de socios locales, organizaciones con gran arraigo social en las comunidades y con una clara vocación de permanencia a largo plazo, que garantice el seguimiento de los proyectos.

    Cambio de vida

    El acceso a agua limpia podría suponer un cambio esencial en la vida de millones de personas. Destacamos cinco que marcan, en muchos casos, la línea de la esperanza: la reducción de hasta un 80% de las enfermedades, la posibilidad de acceso a la higiene, la reducción de las hambrunas, el impulso de la in-dependencia de la mujer y la posibilidad de escolarización de los niños, explica Antonio Espinosa de los Monteros, uno de los fundadores del proyecto.

    Por un lado, supone una mejora directa en sus condiciones de higiene y en la incidencia de enfermedades. El impacto en la salud es total, y se pueden reducir las tasas de mortalidad infantil de manera drástica. Además, la falta de agua para cultivos por sequías es la principal causa de hambrunas en lugares en los que se practica una agricultura de subsistencia. En estas condiciones, tener acceso a agua para cultivar es un seguro de vida.

    Además, en estas poblaciones que sufren la pobreza extrema son las mujeres y los niños los encargados de tareas fundamentales como conseguir agua. Fre-cuentemente es una labor que lleva varias horas dia-rias, ya que muchas veces estas personas tienen que recorrer muchos kilómetros al día para llegar a un pozo, un río o una charca en la que recolectar agua para el gasto diario.

    "A veces, una mujer o un niño pueden tardar más de 6 horas al día en ir y volver a la fuente del agua. Esto provoca que no tengan tiempo para ocuparse de otras tareas o para emplear en sus familias. Ocurre que los niños no pueden ir al colegio porque pasan demasiado tiempo al día caminando para conseguir agua. Esto es una realidad que se da en el s XXI. Además, muchas mujeres y niños tienen que cargar con enormes bidones, de unos 25 kilos, y caminar con ellos durante kilómetros. Es frecuente que estos bidones se carguen a la cabeza, lo que genera lesiones y grandes dolores en las cervicales, en el cuello, en la espalda?", concluye Espinosa de los Monteros.