Elecciones Estados Unidos 2016

Las opciones de una victoria de Trump se esfuman ante la estrategia de Clinton


    José Luis de Haro

    Los acontecimientos de las últimas horas allanan el camino para que Hillary Clinton logre convertirse en la próxima presidenta de Estados Unidos como bien demostraron ayer las bolsas de todo el mundo. Tras el revuelo causado por el director director del FBI, James Comey, la revisión de los nuevos correos relacionados con el caso del servidor privado de la exsecretaria de Estado no cambiaron la conclusión alcanzada el pasado julio. Libre de cualquier cargo criminal, la demócrata llega a la jornada electoral con múltiples opciones para lograr los 270 votos electorales que le garantizarán la Casa Blanca.

    Por el contrario, aunque en algunos estados bisagra los sondeos sigan siendo ajustados, las opciones del republicano Donald Trump son escasas, matemáticamente hablando. Si Clinton ganase un estado clave como Florida y asumiendo que los estados tradicionalmente demócratas se mantienen fieles a la exsenadora de Nueva York, su llave al Despacho Oval está garantizada. También se hará con la presidencia si conserva Virginia y tres estados donde Obama logró una victoria anteriormente: Colorado, Nevada y Nuevo México. De esta forma no tendría necesidad ni siguiera de ganar Florida u Ohio.

    Sin embargo, para el empresario, las vías al 1600 de la Avenida de Pensilvania en la capital estadounidense son limitadas. En estos momentos, Trump tiene que llevarse Florida, Ohio e incluso Carolina del Norte para acercarse a la presidencia. Además debería arrebatar a Clinton estados como Michigan o Pensilvania, que no han votado a un candidato republicano desde 1988. En estos momentos, la demócrata cuenta con 19 estados seguros, entre ellos California, con un total de 242 votos del Colegio Electoral en su poder. Trump contaría con el respaldo de 22 estados pero estos le ofrecerían sólo 180 votos de los 270 necesarios para asegurarse un triunfo. Colorado, Florida, Ohio, Nevada y Virginia son los principales estados indecisos que en las últimas dos elecciones se han inclinado por los demócratas.

    Cabe recordar que las elecciones a este lado del Atlántico no se deciden por el voto popular sino el el Colegio Electoral, cuyo cálculo se determina según el resultado en cada uno de los estados. Los más grandes cuentan con el mayor peso electoral y el ganador deberá asegurarse al menos 270 de los 538 electores.

    "Trump ganará las elecciones", reconoce a este periódico James Sweeney, un emprendedor de 32 años quien apunta que el electorado busca un cambio, como lo hizo hace ocho años, "y este es el cambio más drástico que podemos conseguir en estos momentos". Aún así, Karina Huber, presentadora de televisión de 40 años considera que "obviamente la ganadora de las elecciones será Hillary Clinton porque si no, el país se va a volver loco". "Tiene la experiencia y el temperamento para se presidenta", añade.

    A la espera de conocer el resultado final, posiblemente en la madrugada del próximo martes a miércoles, las tensiones entre ambas campañas vuelven a estar a flor de piel a medida que los demócratas observan una mínima pero constante ventaja.

    Durante la jornada del lunes, los sondeos recogían el renovado impulso de Clinton. La media de todas las encuestas que realiza el porta RealClear Politics ofrecía a la demócrata una ventaja de 3 puntos frente a Trump, por encima de los 1,8 puntos que separaban a ambos candidatos durante el fin de semana. La exsecretaria de Estado evitó ayer en todo momento hacer referencia a la decisión del FBI y optó por promocionar una visión de América "motivada por el amor y la empatía" mientras atacó a su oponente, al que describió como "temperamental" y "sin experiencia".

    "No tenemos que aceptar una visión oscura y divisiva para EEUU", dijo Clinton. "Mañana podéis votar por una América esperanzada, inclusiva y de gran corazón", añadió. Su contrincante republicano aprovechó uno de sus actos para volver a describir la sombría imagen del país si Clinton llegase a ocupara la Casa Blanca avisando a los allí presentes del posible "desastre" en ciernes. "Esta es una oportunidad magnífica para derrotar un sistema corrupto", reiteró Trump. "No dejéis pasar esta oportunidad", animó.