Elecciones Cataluña 2015
Margallo al rescate: su debate con Junqueras, un arma de doble filo (para el PP)
Carlos Mier
El día después de que Mariano Rajoy no se supiera la lección constitucional en la entrevista con Carlos Alsina en Onda Cero y asegurara erróneamente -y ante el estupor generalizado- que los catalanes perderían su condición de españoles y europeos ante una hipotética independencia, el affaire catalán encara una nueva cita ineludible.
Aunque de manera general los medios no hicieran especial hincapié en el resbalón del presidente y ese minuto de la entrevista se relegara a las páginas de curiosidades y a los octavos párrafos, la sensación, a golpe de trending topic y gag viral, es que uno de los principales caballos de batalla unionistas, ese que rezaba que los catalanes perderían todos los derechos como ciudadanos españoles al declararse independientes, se fue por el sumidero.
Pero tranquilos. En el reino del olvido, lo que hayas hecho ayer poco importa hoy. Y esta tarde le toca a Margallo. En frente, uno de los sagrados portadores del anillo secesionista: Oriol Junqueras. Una esperada batalla dialéctica en territorio hostil para el ministro que, por extraordinaria (es ilustrativo que un debate se nos antoje inusual, acostumbrados como estamos al mero cruce de declaraciones enlatadas en la soledad de un atril de mitin) resulta incluso preocupante en el seno del PP. Un vis a vis entre Gobierno e independentismo. Escalofrío.
La razón es que, en el debate fijado para esta tarde en la cadena catalana 8tv, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, va a decir lo que le dé la gana. Así de simple. Representa esa parte del PP, la vieja guardia que se agrupa en lo que se ha bautizado como G8 -relativamente enfrentada con el aparato del partido- a la que las líneas rojas de Génova le importan poco más que un pimiento de padrón. Y eso es peligroso.
Una posición "personal"
Margallo, por ejemplo, reconoce abiertamente la necesidad de reformar la Constitución para salir del entuerto catalán, un asunto que eriza el vello de algunos de los pesos pesados populares, que ya se han apresurado a endurecer el gesto para recordar (Santamaría y Casado dixit) que la posición del ministro es "personal" y que el encuentro con Junqueras será "uno más" de todos los que se han vivido y se tienen que vivir en campaña. Ya.
De hecho, la presencia de Margallo frente a Junqueras (ERC), el escudero del flanco izquierdo de la lista de Artur Mas, no ha sido del agrado de buena parte del PP desde el principio, por aquello del no vaya a ser que la cosa se nos escape (aún más) de las manos y vayamos a debatir cosas que de verdad puedan interesar a los catalanes. A los populares, la estrategia negacionista y el ninguneo ante el desafío de Mas le ha dado (o eso creen ellos) relativas ventajas. No quieren llevar la dialéctica al barro. En inconstitucional y punto. Va en contra de la ley. No hay nada más que hablar.
Sin embargo, nada ha detenido al veterano ministro. Gran amigo de Mariano Rajoy, ya de vuelta en la política y desde la posición de fortaleza que le confiere la ausencia de necesidad de prebendas posteriores a su paso por la cartera ministerial (tiene una desahogadísima situación económica), Margallo encara el encuentro con Junqueras sin excesiva preocupación.
Cuando quieras, donde quieras
No en vano, la cita entre el ministro y el político independentista surgió como si de un duelo callejero se tratase: a golpe de declaración en medios y sellado con un "donde quiera y cuando quiera". Después de esto, el PP ha querido vestir el santo asegurando que ha recibido el visto bueno del director de campaña y del propio Rajoy. Pero lo cierto es que más de uno se quedará sin uñas ante el televisor esta tarde.
Ambos (Margallo y Junqueras) coincidieron como europarlamentarios en Bruselas (quizás de ahí venga el pique) y son buenos conocedores de los vericuetos de la UE. Por lo tanto, no es de extrañar que buena parte del debate de esta tarde se centre en la cuestión legal y el encaje de la Cataluña independiente en Europa.
Tal vez Margallo enmiende la plana a Rajoy tras la nefasta entrevista de este martes. Seguro que Junqueras mete el dedo en la llaga. Lo que es seguro es que, por mucho que ambas candidaturas se empeñen en que se trata de un debate más, estamos ante la cita con mayúsculas de la campaña del 27S. El Gobierno frente a los independentistas. El imperio de la ley frente al desafío de la supuesta mayoría. El ministro contra el libertador. Margallo contra Junqueras. Disfrútenlo.