Elecciones Cataluña 2012

PSC y PSOE se juegan su futuro en Cataluña: Rubalcaba, Chacón y los 'tapados', a escapar de los resultados

    El abrazo entre Navarro (PSC) y Rubalcaba (PSOE) en Madrid. <i>Foto: EFE.</I>


    Las encuestas son claras: el Parlamento catalán resultante tras la cita con las urnas del 25-N será el más soberanista de la historia. La previsible victoria de CiU, que rozará la mayoría absoluta tras una campaña de Artur Mas centrada en el tema de la independencia, coincidirá con un fuerte batacazo del PSC de Pere Navarro.

    Según el último barómetro de la Generalitat, el PSC pasaría a ser la tercera fuerza política, bajando de 28 aforados a 15. Lejos quedan las 37 actas que en 2006 permitieron a José Montilla reeditar el tripartito: el socialismo se desangra en Cataluña por múltiples razones, poniendo así en evidencia el modelo de un partido que nació en el VII Congreso, en Sitges, allá por el año 1994. Aún más lejos los tiempos de Pasqual Maragall. Para más inri, el recuerdo negativo de Montilla por un lado y de José Luis Rodríguez Zapatero en Madrid, por otro, aún permanecen en el imaginario ciudadano. 

    La laminación de exponentes nacionalistas como Laia Bonet, Marina Geli y Ernest Maragall, que acaba de montar su propio partido, es sólo la punta del iceberg. El PSC se descose y la cuestión identitaria se erige como problema. El PSC tampoco envidia en cohesión interna a su socio madrileño, el PSOE, en plena crisis de liderazgo tras las debacles electorales del 20-N (que terminó con Mariano Rajoy en La Moncloa) y del 21-0 en Galicia y Euskadi. De hecho, incluso ha habido voces que preconizan una separación amistosa de ambas formaciones.

    El PSC, en su lucha por no ser adelantado por el PPC de Alicia Sánchez-Camacho, se afana en adelantar por la derecha a ERC, quién teme una corriente de voto útil hacia el soberanismo convergente. Todos quieren auparse al segundo escalón del podio. Para ello ello, Navarro marca sus líneas rojas con esmero: federalismo y derecho a decidir, es decir, referéndum legal pero no secesión.

    ¿Derecho a decidir?

    Aunque Rubalcaba ha apadrinado a su partido hermano (cuyos diputados nacionales, por otro lado, evitaron votar los PGE y regresaron a Barcelona el 14-N), hay diferencias de base entre ambos aparatos. El líder de Ferraz y Navarro coinciden en la apuesta federalista, con algunos matices por parte de Rubalcaba.

    El choque, en cambio, llega en lo que a derecho a decidir se refiere. "Es la posición que ha mantenido el PSOE siempre sobre este debate y la que va a seguir manteniendo, que sobre el futuro de España tiene que decidir toda España", argumentaba el secretario de Organización, Óscar López.

    Navarro, en cambio, abandera esta idea con empeño. Así, el PSC propone una reforma constitucional que haga viable un referéndum independentista en una parte de España. De hecho, los correligionarios de Navarro se han enfrentado al ala más españolista del PSOE, como José Bono, Juan Carlos Rodríguez Ibarra y Marcelino Iglesias (además de al Gobierno del PP), por la pulsión nacionalista.

    El presidente de PSOE, José Antonio Griñán, en cambió, sí defendió la propuesta, creando más problemas aún a un Rubalcaba cercado por los problemas.

    El futuro de Ferraz

    Los primeros espadas del socialismo tienen también intereses personales en la contienda catalana. Rubalcaba, sin ir más lejos, tendrá que lidiar con una nueva derrota electoral muy probablemente, lo que que agitará las aguas de Ferraz y cuestionará su liderazgo. Como muestra un botón: Carme Chacón, que aspiró a liderar el partido en el congreso de Sevilla, ya rompió su mutismo para dar un paso adelante.

    El secretario general del PSOE y la exministra de Defensa no compartirán escenario en ningún acto de la campaña. Ambos políticos, con responsabilidad clara en los resultados que se den el 25-N, quieren alejarse del otro y, mientras, lucha uno por afianzar su liderazgo y la otra por preparar su ascenso. El resto de los candidatos tapados, por su parte, aguardan turno.