El CIS, una foto en blanco y negro: cuatro certezas de la encuesta que nadie se creyó
Carlos Mier
Sonrían al pajarito. Preparados. Quietos. Clic. Ya está, foto para la colección. Otra más. Pero esta es importante, es de estudio. El bipartidismo muestra amplia sonrisa. Dientes y en primer plano. Los emergentes han salido con los ojos cerrados. Quieren otra. También hay alguno que aparece cortado, perdido en una esquina con muy poca luz. ¿La subimos a Facebook? Espera. Mejor imprímela y pégala en este álbum: 'Recuerdos de principios de octubre'. Vamos a meterle un filtro en blanco y negro. Efecto vintage.
El CIS de octubre, publicado este jueves, pretendía ser otro huracán pero acabó en lloviznas débiles. PP y PSOE marcan bíceps antes de meterse en campaña (sí amigos, aún no ha empezado) y la sensación general es que nuestra encuesta oficial sufre obsolescencia programada en una democracia demoscópica que viaja a la velocidad de la luz. Hace semanas que las barritas energéticas multicolor que engullimos en el desayuno se parecen poco o nada al quesito arcoíris que deglutimos en la comida. Pon un político en cada prime time y te doy unas clases de demoscopia.
Lo que está claro es que si la encuesta en cuestión no acepta mi pulpo como animal de compañía, me llevo el Scatergoris a casa. O es intencionada o está vieja o peor aún, cocinada. Pero vamos a intentar ver las zonas más o menos nítidas del cuadro desenfocado. Para algo tendría que servir tanta gente llamando por teléfono a casas elegidas al azar.
Certeza 1: El PP (y los jubilados) van a ganar las elecciones
Ya pueden reventarnos los tímpanos las trompetas del apocalipsis, que el Partido Popular va a volver a ganar las elecciones en España. No ha habido un solo estudio demoscópico en los últimos cuatro años (y si lo ha habido nadie se acuerda) que no tuviera una barra azul como un castillo. Tras el duro invierno, Rajoy ha salido de la cueva (por no usar el recurrente plasma) para recordar a todo el mundo que no ha perdido la capacidad de relacionarse con otros individuos y sentarse a hacer como que charla con gente en el saloncito de visitas del Palacio de la Moncloa. Sin embargo, se dejará muchos diputados por el camino. Debates pocos, eso sí.
Un dato para la reflexión que se repite inexorablemente. El Partido Popular es el cuarto partido entre los votantes de menos de 55 años. Tomen nota.
Certeza 2: El segundo va a presidir este país (o no)
Cosa importante esta. El anti-marianismo parece ser acto de fe opositora y salvo insondables movimientos navideños que impliquen comer el turrón en Pontevedra, la pinza parece un asunto asumido por todos. O lo que es lo mismo, el líder del segundo partido más votado, sea quien sea y si los números los permiten, será el próximo presidente. Son palabras mayores, pero esta posibilidad cada vez se acerca más a la realidad.
Dicho lo cual, tanto a un crecidísimo Albert Rivera (con decenas de platós por delante) como a Pedro Sánchez (con decenas de platós a evitar por delante), les da exactamente igual ganar que no. Mariano e Iglesias mediante. Ahora bien, el sorpasso de Ciudadanos al PSOE (esa palabra que nadie entiende y que solo se usa en artículos como este) será muy difícil teniendo en cuenta una ley electoral que obra el milagro de los panes y los peces con más diputados y menor porcentaje de votos. Otro lío votos-escaños legitimadores podría esperar a la vuelta de la esquina. La democracia era esto.
Certeza 3: La gente quiere votar (pero no sabe a quién)
Parece que nunca hubo más ganas de votar que ahora. La gente (por fin) habla de política en cada esquina. Cosas de la crisis, suponemos. El asunto es que según el CIS solo un 9,7% se quedará en casa el próximo 20 de diciembre. O eso dicen. El 'problema' es que un 22,2% de los entrevistados todavía no sabe a quién votará. Un 2,7% de tímidos prefiere no contestar.
El análisis de estos mismos datos en los últimos 15 meses refleja que conforme se acercan las elecciones, más españoles deciden qué van a votar. En el barómetro del CIS de julio de 2014, el 19,2% de los encuestados pensaba quedarse en casa. El dato ha ido reduciéndose de manera paulatina hasta conseguir bajar en este CIS del 10%. Pero la reducción se ha producido a costa del aumento de los llamados indecisos que han ido subiendo hasta superar el 20%.
Certeza 4: Rivera es el nuevo Cholo e Iglesias quiere ser Ramos
Hace exactamente un año, el CIS daba a Podemos un 22,5% de los sufragios. Esta semana le da un pobre 10,8%. Ha perdido más de la mitad de su fuerza en 12 meses de desgaste bajo el traicionero sol de la exposición mediática.
Por su parte, Rivera crece y crece y vuelve a crecer, en el río de la tele y por ver a Dios nacer. Pero en plan laico. Y eso que este CIS no recoge los efectos del ya mítico debate con Jordi Évole, que encendió la mecha de lo que algunos llaman ya la 'Operación Ciudadanos'. Dejando a un lado teorías gatopardistas, lo cierto es que los naranjas ya tienen un 14% en el CIS y han superado por primera vez a Podemos (algunas encuestas incluso al PSOE). El líder omnipresente ha adoptado la ideología futbolera de moda: partido a partido.
Y luego está Iglesias y su anunciada remontada. Cierto es que el último CIS se realizó en la misma resaca de las elecciones catalanas, de las que Podemos y su tercera vía salieron muy debilitados, pero desde entonces el whisky no ha dejado de correr. A la espera de más 'hormigueros' resucitadores, Pablo, rayista declarado, ya se ha enfundado la camiseta de Sergio Ramos. Impossible is nothing. Cabezazo en el minuto 93. Hasta el próximo CIS. Duerman tranquilos.