Editoriales

Apetito inversor en el sector del gas


    elEconomista.es

    En 2010, la compra de redes de gas a Endesa permitió a Goldman Sachs aterrizar en el sector energético español. Así nació Redexis, una firma que empleó los años posteriores en emprender un continuo reforzamiento, con operaciones como la adquisición de activos de Repsol en 2016. Cuenta así con músculo para seguir aprovechando el potencial de las redes de gas en nuestro país, cuyo acceso por parte de los hogares suele situarse por debajo de la media europea.

    Considerando las prometedoras expectativas de la venta de Redexis, puede sorprender que Goldman lleve cerca de dos años posponiendo la operación y que no se haya decido a relanzarla hasta ahora. Sin embargo, el banco de inversión ha tenido poderosos argumentos para tomarse su tiempo. La interinidad institucional que caracterizó a España en 2016 en nada ayudaba a impulsar un movimiento de este tipo.

    En cuanto a la intentona de venta en 2017, también paralizada, sirvió para testar el mercado y ver que la horquilla de precios que se barajaba, entre 2.000 millones y 2.500 millones, era excesiva para el mercado. Ahora, un precio más ajustado, en torno a los 1.200 millones es capaz de volver a atraer a actores como Li Ha Shing y, en general, a los numerosos fondos extranjeros que se interesan por la actividad energética española.

    El efecto de las turbulencias vividas a finales de enero no debe exagerarse. La estabilidad se restablece en el sector, después de que el ministro Nadal desmintiera las abultadas cifras que se atribuían al recorte de las retribuciones del ámbito gasista y asegurara que los cambios se tramitarán como proposición de ley. En esas circunstancias, el apetito inversor por estos activos se mantiene y la venta de Redexis presenta buenas perspectivas.