Retrocesiones ocultas que deben terminar
elEconomista.es
La directiva europea de mercados financieros (Mifid II) limitará una de las prácticas más arriesgadas del sector de fondos de inversión: cobrar retrocesiones. Éstas son las muy altas comisiones que reciben los comercializadores de fondos (generalmente bancos) de sus gestoras, por esa mera labor intermediaria. Están en juego cuantiosos ingresos y la industria de fondos, como manifiesta la CNMV, busca preservarlos con subterfugios.
No merece otro nombre la práctica de servirse de conceptos como los dividendos, o la acumulación de reservas, para justificar pagos entre gestoras y comercializadoras que no son más que retrocesiones encubiertas. El sector tiene que abandonar este proceder y aceptar que la ley les exige una relación más transparente con sus clientes.