Editoriales
Errónea política laboral de Ryanair
elEconomista.es
Durante el último año, Ryanair ha perdido 700 pilotos, de los que 140 se fueron a la firma rival Norwegian. Aunque la aerolínea irlandesa lo disfrazó como un problema con la organización de las vacaciones, la fuga de pilotos fue la causa que llevó a la compañía a cancelar 2.170 vuelos hasta octubre. Llama la atención que la aerolínea líder de Europa en cuanto al número de pasajeros transportados, sufra una pérdida de personal tan elevada.
Pero se trata de una circunstancia lógica ante la evidencia de que Ryanair paga de media a sus trabajadores un 23% menos que sus principales rivales low cost. En concreto, la firma comandada por Michael O'Leary pagó 50.892 euros de media a su plantilla, mientras que el salario medio en Vueling es de 65.169 euros, y el de easyJet fue superior a los 67.000 euros. Es obvio que esta discriminación en cuanto a la nómina percibida ha generado la fulgurante salida de buena parte de la plantilla de Ryanair.
Máxime al comprobar que la aerolínea no aprovechó su fuerte incremento en la cuenta de resultados del último año para mejorar las condiciones de sus trabajadores. Muy al contrario, Ryanair explotó el aumento de plantilla necesario para satisfacer la demanda para rebajar un 5% el gasto medio por empleado.
Es cierto que en el negocio de las low cost, el control de costes es fundamental, debido a la estrechez de sus márgenes. Pero Ryanair ha llevado ese celo hasta el extremo de forzar a buena parte de sus pilotos a salir de la empresa. Es preciso que la aerolínea irlandesa corrija su equivocada política laboral. De lo contrario, la fuga de personal no se cerrará, lo que, sin duda, pondrá en peligro el liderazgo europeo de la compañía irlandesa.