Editoriales

Ajuste en la reforma energética


    elEconomista.es

    El Gobierno incrementará la retribución a las renovables y a la cogeneración para que el pago se aproxime a los precios reales del mercado. El desfase parte de los cambios introducidos a raíz de la reforma energética. La regulación establece un periodo de 3 años durante los cuales las instalaciones cobran las ayudas en función de una estimación prefijada del precio del mercado mayorista de la electricidad, conocido como pool, y no de acuerdo con el precio real de dicho mercado.

    Trascurrido ese tiempo, el Gobierno recalcula los ingresos para adaptarlos a la realidad; en este caso el pronóstico de la cotización se quedó corto, y abona la diferencia. Pero lo hace dilatándolo en el tiempo y adaptándolo a los años con derecho a percibir ayudas que le quedan a la planta. Por consiguiente, el pago que se realizará en enero no supone un premio para las renovables y la cogeneración.

    Muy al contrario, los 525 millones que recibirán equivale a sólo una tercera parte de la cantidad que debían haber cobrado. Como era de esperar, el sector se queja de que el sistema provoca la pérdida del valor actual de los activos y pide que se modifique. Hacerlo a fondo supondría un error que iría en detrimento de una reforma, cuyo objetivo es establecer compensaciones lógicas que huyan de los excesos del pasado, que tanto daño hicieron al sector y a los consumidores (por el alza del déficit de tarifa).

    Por tanto, el ajuste que el Ejecutivo llevará a cabo es necesario para subsanar los errores que aún se provocan en cuanto a plazos y cuantías de pago. Pero esas deficiencias no desacreditan a una reforma que acabó con las insostenibles primas, aplicando en su lugar un marco estable que sólo requiere de retoques puntuales y que impulsa la competitividad de las energías renovables.