Editoriales

Reactivación sólida del consumo


    elEconomista.es

    Un nuevo ciclo se abre para la financiación en el punto de venta (aquélla que ofrecen las cadenas de distribución, las marcas de coches y las financieras de los bancos). La crisis afectó especialmente a este tipo de crédito, en la medida en que el auge de su morosidad, entre 2007 y 2013, detuvo en seco su crecimiento. Esa situación nada tiene que ver con la registrada entre enero y junio pasados, cuando el auge que vuelven a experimentar las compras a plazos hizo repuntar las nuevas concesiones un 5,27% interanual, en el ámbito del consumo, y hasta un 27% en el caso de los automóviles.

    Sin embargo, el crédito nuevo también se elevó en 2013 y 2014; por tanto, lo que realmente marca la diferencia es la evolución del stock total. No fue hasta el año pasado cuando los nuevos préstamos alcanzaron un nivel suficiente como para compensar las amortizaciones, de manera que ese ejercicio terminó con un avance en la cartera del 4,8%.

    En 2015, lejos de malograrse esa tendencia, se ha ahondado con un crecimiento del 11,13% interanual en tan sólo seis meses. Sin duda, la influencia de los, hasta ahora, ocho Planes Pive ha sido crucial en las buenas cifras que muestra la compra a plazos de automóviles, pero no puede negarse que existen otras fuerzas más profundas que explican esta evolución.

    En especial, el consumo de los hogares ha alcanzado velocidad de crucero y este componente crucial de la demanda interna vuelve a contribuir sustancialmente al crecimiento, sin caer en el error pasado de basarlo en un avance excesivo de la deuda. La prometedora campaña navideña sólo contribuirá a afianzar lo que ya es una reactivación sólida del consumo.