Un ideario de corte comunista
En 2006, antes de convertirse en una figura pública, el número tres de Podemos, Juan Carlos Monedero, no tuvo complejos a la hora de descubrir sus verdaderas cartas ideológicas. Los estrechos vínculos que lo relacionan con el régimen venezolano, que tan reiteradamente ha intentado ensombrecer, lo condujeron a elaborar un texto doctrinal para el Gobierno de Hugo Chávez, titulado Empresas de Producción Social.
Se trata de un nuevo término que, sin embargo, oculta una realidad bien conocida como son las empresas de propiedad estatal, sobre las que, según el politólogo, se construirá el "socialismo del siglo XXI". De nuevo, Monedero se afana por presentar como novedosas las más trasnochadas ideas; no en vano ese nuevo socialismo, como el decimonónico, resulta "incompatible con la propiedad privada", y se impone como una meta a la que debe tenderse "en el contexto mundial".
He ahí resumidas las genuinas bases ideológicas de Podemos, que siguen entreviéndose en su actual programa económico, por mucho que el partido intentara difuminarlas suavizando propuestas (como la reestructuración de deuda) o buscando semejanzas con las democracias del norte de Europa. En ese programa el verbo nacionalizar se conjuga de forma constante, del mismo modo que el libro de Monedero defiende que "los medios de producción" sean "propiedad de todo el pueblo". Son resabios comunistas que delatan a un partido que se quiere presentarse como transversal y carente de ideología. Con todo, más llamativa resulta la contradicción de unos políticos, Monedero y también Pablo Iglesias, que desprecian la propiedad privada, pero que la defienden con el máximo celo, cercano al delito, cuando afecta a sus propios negocios.