Editoriales
Pablo Iglesias incurrió en un delito
La actividad empresarial de la productora audiovisual Con Mano Izquierda (CMI) ha dejado su rastro en Internet y pone en evidencia las explicaciones de sus portavoces sobre el estatus bajo el que CMI operó durante dos años. elEconomista reveló ayer que la productora de Pablo Iglesias realizó programas y anuncios para organismos privados, como la cadena iraní Hispan TV o el partido IU, en calidad de empresa ordinaria, al tiempo que, ante Hacienda se presentaba como una asociación cultural sin ánimo de lucro, con los beneficios fiscales que ello supone tanto en el Impuesto de Actividades Económicas, como en el de Sociedades. Desde CMI confirman que llevaron a cabo esos trabajos, pero que en ningún momento supusieron la prestación de un servicio comercial, en la medida en que estaban destinados a su visionado gratuito en la red social YouTube.
Ahora bien, ese argumento choca frontalmente con la explicación que la propia CMI daba sobre su naturaleza en Internet, una vez constituida a mediados de 2011. De acuerdo con esa exposición, ofrecía producciones de "bajo coste" y animaba a los potenciales interesados a ampliar información "pidiendo presupuesto", tal y como habría hecho cualquier productora que opere en el mercado. De acuerdo con la normativa vigente, en el mismo momento en el que una asociación altruista ofrece servicios comerciales está incumpliendo la ley. Y eso es exactamente lo que Con Mano Izquierda hizo al divulgar unos textos que perfectamente pueden clasificarse como anuncios publicitarios, destinados a la captación de clientes potenciales. Al desvirtuar la naturaleza de una agrupación sin ánimo de lucro, Iglesias incurrió en un delito.