Editoriales

En guardia ante el enfriamiento europeo



    Tras superar la recesión más larga de su historia reciente, un país puede estar orgulloso de crecer un 0,5% intertrimestral, como hizo el PIB español de julio a septiembre. Ahora bien, detrás del dato que ayer divulgó el INE, y que adelantó el Banco de España, hay una desaceleración de una décima con respecto a abril-junio. Es el primer síntoma de que España está ya acusando el parón de los países centrales del euro. La incertidumbre modera la inversión productiva y resta empuje a las exportaciones. Paralelamente, la inflación sigue en negativo. Son síntomas que deben mantener al Gobierno en alerta, sobre todo tras fiar el crecimiento previsto de 2015 a dos factores de no excesiva solidez, como la reforma fiscal y la prima de riesgo.