Editoriales
Editorial: Luz al final del túnel inmobiliario
Han tenido que transcurrir seis años desde el estallido de la burbuja inmobiliaria para que las empresas del sector empiecen a ver luz al final del túnel. Estos años han visto desaparecer a muchos de los grandes señores del ladrillo y los supervivientes salen de la prueba tras duras reestructuraciones, la pérdida de casi dos millones de puestos de trabajo y la venta o dación en pago de los mejores activos de las inmobiliarias.
Pero por fin hay síntomas de mejoría en los balances y también en el mercado. En el último año, las ocho grandes compañías del sector que siguen vivas tras la crisis han reducido su deuda con entidades de crédito un 23,4 por ciento. Sin duda es una buena noticia, cuyo lado sombrío es que ese pasivo todavía asciende a 12.575 millones. Quabit, Colonial y Renta Corporación son los tres grupos que más han reducido deuda, mientras que Realia, Reyal Urbis y Martinsa luchan con los números rojos o intentan superar el concurso de acreedores.
Es el caso de las dos últimas, que han encontrado una solución en la nueva ley concursal, que les permitirá salir del bache aunque sea con menor tamaño. El premio para los que han aguantado es una reactivación del consumo, que favorece el dinero barato que inyecta el BCE en la economía. También aquí la estadística acompaña y tanto las nuevas hipotecas como el precio de los pisos de nueva construcción aumentan.
El sector inmobiliario renace de sus cenizas, pero el volumen de empleo será menor y la gestión del negocio no deberá incurrir en los errores del pasado.