Editoriales

Editorial: Miedo al 'sí' de Escocia



    Nadie parecía tomarse en serio la posible secesión de Escocia, hasta que por primera vez hace una semana las encuestas advirtieron de que la opción del sí a la independencia ganaba adeptos. Una tendencia que en las encuestas del domingo ya era mayoritaria. La campaña a favor de la ruptura, llena de connotaciones emocionales, ha sido intensa y continuada.

    A diferencia de la actitud de los partidarios del no, que se han mostrado fríos y confiados. El miedo a la secesión de Escocia se apoderó ayer de los mercados, que hasta entonces se habían mostrado ajenos al asunto. Estos temores se tradujeron en una caída de las bolsas en Europa y la precipitación de la libra a su nivel más bajo de cotización con el dólar.

    Un primer síntoma de las consecuencias que podría acarrear la independencia para la economía escocesa y británica que, además produciría gran revuelo en los mercados. Los temores desatados se pueden convertir en la excusa para la corrección que se esperaba dentro del ciclo alcista que se vive actualmente. Pero las consecuencias van mucho más allá. Se puede producir una huida de empresas en Escocia y una paralización de inversiones en el resto del país; en el Parlamento británico ganarían fuerza los partidarios de abandonar la Unión Europea; es muy probable una crisis del Gobierno de Cameron y el Banco de Inglaterra se vería forzado a subir tipos. Los perjuicios también nos alcanzarían. En lo económico, afecta a empresas españolas con intereses en Reino Unido, como IAG o Iberdrola.

    En lo político, el triunfo del sí es un balón de oxígeno para el movimiento independentista en Cataluña que convulsionaría el Ibex. El sí en Escocia, de producirse, desatará un conflicto con graves derivadas políticas y económicas en el peor momento para Europa.