¿Por qué BME no protege al MAB?
Todavía no se han apagado los ecos del escándalo de Gowex, que puso en jaque la credibilidad de las firmas que cotizan en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB), cuando surgen nuevas noticias que indican que siguen sin implantarse mecanismos de supervisión y control que eviten las malas prácticas. La empresa energética Ebioss, que cotiza en el MAB, admitió ayer que infló sus cuentas y por este motivo su cotización se desplomó el martes. Esta compañía que preside Oscar Leiva no dio cifras falsas -no se trata de una nueva estafa tipo Gowex-, pero su forma de contabilizar la facturación de los tres últimos años da una impresión errónea de la realidad financiera de la empresa.
Por eso ayer tuvo que rectificar. Llama la atención esta actitud en una compañía que recientemente manifestaba su intención de pasar al Mercado Continuo. Casi simultáneamente, Bionaturis, otra cotizada del MAB, lanzaba un confuso comunicado que llevaba a pensar que estaba en disposición de producir de forma inmediata una vacuna contra el ébola. Su cotización subió un 15% el martes y bajó un 14% ayer cuando matizó su supuesto hallazgo.
Con este tipo de prácticas es muy difícil recuperar la confianza de los inversores en el MAB, un mercado menos costoso que el Mercado Continuo. Londres y Nueva York tienen instituciones similares al MAB, pero han tomado medidas para asegurar su supervivencia teniendo en cuenta que la transparencia es fundamental. Bolsas y Mercados Españoles (BME), propietario del MAB, debe protegerlo ante posibles irregularidades, mejorar la información y disipar las dudas sobre este mercado para asegurar su futuro. No hay justificación para seguir mirando a otro lado.