Editoriales

Editorial: El ajuste mal hecho de las CCAA



    Los presupuestos de las CCAA para 2014 arrojan algunos datos preocupantes. El gasto en personal sigue siendo un 20% superior al que había en 2006 antes de la crisis. También crece un 12% más el gasto corriente en bienes y servicios y, por el contrario, se desploma un 50% la inversión. Cabe preguntarse si esto es lo que entienden los dirigentes autonómicos por un cambio de modelo o por una reforma del sector público, porque más bien parece todo lo contrario.

    En estos años no se ha producido una reordenación del gasto ni de las prioridades, sólo se han hecho recortes sin, al parecer, calibrar sus efectos. Después de haber reducido el número de personal sanitario y de educadores y de haber congelado en teoría las plantillas crece el gasto de personal. Esta situación tampoco se explica porque se hayan producido incrementos salariales salvo que, como parece, hayan seguido creciendo los cargos de confianza que pueden estar en el origen de este crecimiento del presupuesto de personal. La gestión del desembolso en bienes y servicios no ha inculcado la cultura de la austeridad necesaria. Es posible que haya departamentos donde carezcan de medios suficientes para desarrollar su trabajo, mientras en determinados niveles se sigue despilfarrando.

    Como el objetivo era cuadrar las cuentas, no reformar las administraciones, se ha conseguido hacerlo a martillazos. El recorte en la inversión tendrá consecuencias a futuro porque incide sobre la creación de empleo y riqueza. El Gobierno ha perdido una oportunidad única -la mayoría del PP en los tres niveles de administración- para modernizar el sector público y ajustar su volumen de gasto al nivel de ingresos que somos capaces de generar.